Provincia de Cádiz

Turno para la depredadora

  • La plaga de la Cochinilla del carmín en las chumberas llega a la Costa Noroeste mientras se investiga la introducción de una especie enemiga

El técnico agrícola sanluqueño Rafael Pacheco mostrando una de las chumberas afectadas en la zona de El Bercial, en el término municipal de Rota.

El técnico agrícola sanluqueño Rafael Pacheco mostrando una de las chumberas afectadas en la zona de El Bercial, en el término municipal de Rota.

Hace poco más de dos meses había sólo algunas afectadas. Hoy basta con echar un vistazo para comprobar el efecto devastador de la plaga de la Cochinilla del carmín (Dactylopius opuntiae) sobre las chumberas de la Costa Noroeste. El mismo que en La Janda, la Sierra y el Campo de Gibraltar. Ya no hay apenas tunas de Sanlúcar, Rota y Chipiona que se hayan salvado. Pero no está todo perdido.

El ingeniero técnico agrónomo Rafael Pacheco, que hace justamente dos años fue el primero en advertir del problema en esta comarca gaditana, vuelve ahora a dar la voz de alarma. Lo hace públicamente, pero también por los cauces oficiales. El pasado mes de agosto, remitió un informe a los ayuntamientos de esos tres municipios con la solicitud de que tomaran medidas en coordinación con las demás administraciones impulsando una "lucha común contra esta plaga".

Los tres consistorios le contestaron agradeciéndole su implicación en este asunto e informándole de las respectivas gestiones realizadas ante la Junta de Andalucía como administración competente. Por su parte, la Diputación sigue de cerca esta problemática desde 2015, dadas las quejas de numerosos ayuntamientos gaditanos y particulares. De hecho, llegó a intervenir, por ejemplo, en Setenil, donde el riesgo de desplome de chumberas ponía en peligro incluso la seguridad de los viandantes en este municipio de la Sierra, obligando a ejecutar actuaciones de urgencia.

Dada la progresiva expansión de la plaga, la Diputación tiene previsto poner en marcha el próximo año un plan de control en colaboración con el sector agrícola y la Universidad de Almería, la primera provincia andaluza que sufrió, hace ya años, el avance de la cochinilla.

Precisamente en Almería, la empresa especializada Agrobío ha realizado con el apoyo de la Junta una investigación para el control biológico de esta plaga, que tiene un nombre propio: Cryptolaemus montrouzieri. Se trata de un coccinélido depredador de la temida cochinilla. Según las conclusiones del estudio, que se ha realizado tanto con adultos como con larvas, esta especie de mariquita "es capaz de reproducirse e instalarse sobre colonias de Dactylopius Opuntiae en condiciones naturales", de manera que "es agente base del control biológico" de la susodicha cochinilla que está destrozando las tunas.

Eso en cuanto a la lucha biolótica, digamos, preventiva o en la fase inicial del desarrollo de la plaga, pero también hay que tener en cuenta que al tratarse de una planta que rebrota con facilidad, basta con eliminar la parte afectada de la chumbera para que vuelva a cobrar vida. Las palas de la planta que hayan resultado muy afectadas deben ser destruidas y enterradas.

Otra opción es recurrir al uso de tratamientos químicos, pero Pacheco la descarta en su informe por tratarse de plantas que "se encuentran en dominio público" y la necesidad de "extremar el cuidado en la utilización de distintas materias activas".

Más allá de las medidas sobre el terreno, desde el punto de vista burocrático la lucha contra esta plaga requiere de la desclasificación oficial de la chumbera del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras. El Pleno de la Diputación aprobó en junio instar al Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente a efectuar esa descatalogación o, al menos, aplicar a la provincia la "excepción territorial" necesaria para que la tuna deje de ser una especie invasora.

La conservación de las chumberas por su relevante valor cultural, socioambiental y paisajístico tiene en Pacheco a un firme defensor. "En Andalucía es una especie controlada, no se debería considerar invasiva. Las chumberas forman parte de nuestro paisaje, de nuestro ecosistema. Multitud de fincas están delimitadas por esta planta y son los propios agricultores los que la controlan, aparte de aprovecharse de su exquisito higo chumbo", sostiene este técnico agrícola de Sanlúcar que hace un seguimiento prácticamente diario de la voraz plaga en la Costa Noroeste.

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