Provincia de Cádiz

El anarquista fusilado y su hijo enterrado con Franco

  • Diario de Cádiz localiza a otros 26 gaditanos enterrados en el Valle de los Caídos. Uno de ellos es Arquímedes Rodríguez, cuyo padre, Diego R. Barbosa, fue asesinado por los sublevados en Chiclana en el 36

Diego Rodríguez Barbosa, padre de Arquímedes Rodríguez Pareja.

Diego Rodríguez Barbosa, padre de Arquímedes Rodríguez Pareja. / D.C.

Arquímedes Rodríguez, salinero de Chiclana, combatía en las filas franquistas y tenía 19 años de edad cuando murió en el frente de Cataluña. Sucedió en las Navidades de 1938; faltaban únicamente cuatro meses para el fin de la Guerra Civil. Setenta y cinco años después, una sobrina de Arquímedes viajó hasta Tremp, en la provincia de Lleida, para comprobar si, tal como le había contado una vez su madre, su tío había fallecido en ese pueblo, si había sido enterrado en el cementerio de esa localidad. La familia ignoraba todo sobre la muerte de Arquímedes. Tal vez era momento ya de tener alguna certeza, se dijo Mari Carmen al emprender la marcha en San Fernando, a 1.200 kilómetros de Tremp.

La mujer tuvo suerte. Los restos de Arquímedes no estaban en Tremp y ella había llegado allí sin información precisa acerca de la fecha del fallecimiento ni otros datos útiles. Pero unos amables empleados del Registro Civil le mostraron lo que contenían los documentos allí archivados. Y así pudo saber Mari Carmen que, efectivamente, tal como había dicho un día su madre, su tío murió y fue enterrado en Tremp. Ahora bien, faltaba la sorpresa: los restos habían permanecido veinte años en el cementerio municipal y al cabo, habían sido trasladados al Valle de los Caídos.

Le había ocurrido a Arquímedes lo mismo que al menos a otros 25 vecinos de la provincia de Cádiz. Fallecidos durante la Guerra Civil, sus restos fueron trasladados a Cuelgamuros desde diferentes provincias españolas. Por eso los nombres de todos ellos, a diferencia de los que fueron llevados desde la provincia gaditana, no figuran asociados a Cádiz en el listado oficial de sepultados en la Basílica. Arquímedes aparece vinculado a Lleida; como Domingo Gómez, también vecino de Chiclana, lo está a Zaragoza; o Manuel Toro, de Puerto Serrano, a Pontevedra; o Juan Vilches, de Olvera, a Tarragona.

Todos ellos, los 26, han ido surgiendo en una paciente revisión del millar de documentos sobre traslados de restos al Valle de los Caídos que custodia el Archivo Histórico Provincial de Cádiz: espigando esa documentación y cotejando cada nombre mencionado en ella con el listado oficial del mausoleo. De ese modo apareció el nombre de Arquímedes, que figura en una relación de 1952 con destino al Gobierno Civil de Cádiz. El gobernador quería saber, porque así se lo habían demandado desde Madrid, con cuántos vecinos fallecidos en la guerra contaba cada municipio y si sus familiares autorizaban o no el traslado de los restos al monumento que entonces se estaba construyendo en Cuelgamuros.

Apareció Arquímedes en la página 48 de un cuaderno con una ficha por fallecido que elaboró (con una evidente mayor dedicación que otros) el Ayuntamiento de Chiclana. Es una relación de 55 vecinos. Cotejados uno a uno, únicamente tres figuran en el listado del Valle de los Caídos. Y el joven Arquímedes parecía estar diciendo desde su ficha que tenía una historia.

Entonces quiso uno saber algo más sobre ese salinero de 19 años, averiguar quién era ese soldado que como tantos otros no salió vivo de la guerra: ni para disfrutar de la victoria ni para sufrir las consecuencias de la derrota. Cosidas a los primeros datos hallados en internet venían las primeras preguntas: Arquímedes Rodríguez Pareja era hijo de Diego Rodríguez Barbosa, anarquista de Chiclana asesinado en el verano de 1936 por los sublevados contra la República. ¿Cómo fue que el hijo de un represaliado acabó luchando al mando de los que mataron a su padre? ¿Cómo fue que acabó enterrado junto a Franco, junto al hombre que mandaba a quienes mataron al anarquista Barbosa?

Barbosa, como era conocido en los años treinta del siglo pasado el padre de Arquímedes, era en aquella época uno de los anarquistas más emblemáticos de la Bahía de Cádiz, explica Concha Langa en su libro sobre los periodistas gaditanos represaliados durante la Guerra Civil y la dictadura que vino después. Propagandista de las ideas libertarias, escribió como tal en periódicos y revistas y también publicó varias novelas.

Al poco de comenzar la guerra, Barbosa fue detenido y asesinado en Chiclana. “Su único delito fue ser una persona culta y avanzada a su tiempo. Un sindicalista que siempre defendió a los agricultores y salineros”, explicaba su nieta María del Carmen en 2011, cuando comenzaba en Chiclana una búsqueda de sus restos y de los de otros fusilados y asesinados en esa localidad.

La viuda de Barbosa y sus seis hijos sobrevivieron con penurias a la pérdida del padre. Y poco después, el hijo mayor, Arquímedes, fue llamado a filas por el Ejército que dominaba la provincia de Cádiz: el de los sublevados.

La ficha del Ayuntamiento de Chiclana señala que Arquímedes era soldado de reemplazo del Regimiento de Infantería número 22 cuando murió, el 31 de diciembre de 1938, en el hospital de Tremp. Dos días después fue enterrado en el cementerio de esa localidad. La ficha indica también que la madre de Arquímedes, Manuela Pareja Sánchez, residía en Cádiz, en la calle Botica. El documento lo firma una hermana de Arquímedes, Magdalena, que se muestra “conforme” así, el 29 de noviembre de 1952, “con que los restos del citado Caído reciban sepultura definitiva en el Valle de los Caídos”.

Magdalena era la madre de Mari Carmen, a quien le dijo una vez que su tío había muerto en Lleida y que quizá estaba enterrado en Tremp. Por eso Mari Carmen decidió un día viajar a esa localidad para salir de dudas, para averiguar qué le había ocurrido a su tío.

Mari Carmen explica ahora que tras enterarse de que los restos de Arquímedes habían sido trasladados al Valle de los Caídos, también fue allí, a Cuelgamuros. Le sorprende que su madre hubiese firmado la autorización para el traslado, y que no le hubiese dicho nada. Hasta hace unos días, ella creía que habían sido llevados desde Tremp sin haber consultado a la familia.

Ahora bien, ¿acaso le explicaron a la hermana de Arquímedes qué estaba firmando? ¿Y podían permitirse la hermana y la madre de Arquímedes, hija y viuda de un anarquista asesinado cuyos restos no podían ni buscar, decir que no en 1952, cuando les preguntaron si autorizaban el traslado? ¿Temían perder la pensión de 795,50 pesetas anuales que le habían concedido en 1943 a la madre de Arquímedes por la muerte de éste si se negaban al traslado?

El caso es que Arquímedes acabó en el Valle de los Caídos y enterrado junto a Franco. Su sobrina Mari Carmen dice que le gustaría recuperar un día los restos y trasladarlos a Chiclana, donde la familia posee un nicho en propiedad. Arquímedes regresaría así a su tierra. Y con suerte, si un día los restos de su padre aparecen por fin, ambos compartirán una sepultura.

Por el momento, Barbosa continúa en una fosa, sin localizar. Los franquistas que lo mataron nunca desvelaron dónde fue enterrado. Y Arquímedes, el hijo de Barbosa, reposa junto al jefe de los golpistas que asesinaron a su padre.

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