Provincia de Cádiz

Un buque lleno de sosa cáustica encalla en el río Guadalquivir

  • El 'Sichem Colibri' quedó varado de madrugada junto al Parque Nacional y frente a la sanluqueña playa de Las Piletas, siendo rescatado por la tarde · Ayer no se detectó ni fugas en el casco ni vertidos al mar

El buque Sichem Colibri, de 92 metros de eslora y cargado con más de 3.000 toneladas de sosa cáustica, encalló en la madrugada de ayer en la desembocadura del río Guadalquivir, en las inmediaciones del Parque Nacional de Doñana, sin que al parecer se produjeran vertidos al mar. El barco, con bandera maltesa, pudo ser rescatado por la tarde, aprovechando la pleamar, y quedó fondeado a cinco millas de Chipiona, a la espera de que sea inspeccionado en profundidad.

El varamiento del Sichem Colibri tuvo lugar en torno a las 06:10 de la mañana de ayer cuando, procedente de Francia y tras cruzar el mar Mediterráneo y el Estrecho de Gibraltar, enfilaba el Guadalquivir en dirección hacia el puerto de Sevilla. Una hora antes, en el momento en que cruzaba la barra del río y ya con el práctico a bordo, el buque tanquero, por causas que todavía se desconocen, sufrió una pérdida de potencia en el motor y problemas en el timón, lo que le hizo derivar hacia babor y encallar en una zona rocosa cercana al Parque Nacional de Doñana y a la altura de la playa sanluqueña de Las Piletas.

El buque, de 92 metros de eslora y 14 de manga, quedó varado por la proa, mirando hacia Doñana y con el casco apoyado sobre las rocas. El accidente no produjo daños personales entre los 14 miembros de su tripulación.

Tras tener conocimiento del varamiento, la Capitanía Marítima de Sevilla -adscrita al Ministerio de Fomento y que tiene la competencia de la seguridad en el río- puso en marcha un dispositivo que contó con la participación de varias unidades de Salvamento Marítimo, en concreto el remolcador María Zambrano, la lancha Salvamar Suhail y el avión Serviola Dos, que acudió a la zona procedente de Almería. Asimismo, fueron enviados técnicos de la Bases Estratégica de Lucha contra la Contaminación de Sevilla, que inspeccionaron si el casco del mercante había sufrido algún tipo de daño en su estructura. Una patrullera de la Guardia Civil también se personó en la desembocadura del Guadalquivir.

Salvamento Marítimo, en un comunicado oficial emitido a primera hora de la tarde de ayer, aseguraba que, según las primeras observaciones realizadas, en el buque no se observaron vías de agua y que tampoco se apreciaron indicios de contaminación en la zona donde se produjo el accidente.

En el caso de que hubiera habido fugas en el casco, la sosa cáustica -un producto químico tremendamente corrosivo- habría llegado en cuestión de pocos minutos al litoral sanluqueño ayudado por el viento de Poniente que soplaba ayer y habría ocasionado un daño medioambiental de imprevisibles consecuencias en una zona que ya hace una década quedó afectada por el vertido de Aznalcóllar y que hace apenas una semana vio cómo llegaba hasta este punto del litoral restos de otro vertido de hidrocarburo registrado frente a la costa de Huelva.

En torno a las 18:00 horas de ayer, una hora y media antes de que la pleamar alcanzase su plenitud, Salvamento Marítimo inició la operación de rescate del buque, que no encerró excesivas dificultades y que estaba cumplimentado apenas media hora después. El buque salió de la varada en la primera maniobra realizada por el remolcador Sargazos, llegado desde Cádiz y contratado para esta operación por el armador del buque. También se encontraba preparado para la operación el remolcador María Zambrano, aunque su intervención no fue finalmente necesaria.

Una vez que el Sichem Colibri abandonó el lecho rocoso sobre el que permaneció durante más de 12 horas, y conocido como el bajo de la Riza, el buque tanquero con bandera maltesa fue remolcado hacia el Atlántico, quedando fondeado a unas cinco millas de Chipiona. Capitanía Marítima de Sevilla indicó ayer que, en el caso de que la inspección fuera positiva, el mercante reemprendería su trayecto a hacia la capital hispalense en torno a las 04:30 de la madrugada de hoy, aprovechando de nuevo la pleamar y acompañado por dos remolcadores.

La presencia del buque encallado no impidió que el tráfico marítimo en la desembocadura del río Guadalquivir mantuviera ayer su normalidad. El hecho de que el barco quedara varado en una zona próxima a Doñana dejó expedito el canal de navegación para que otros buques pudieran seguir su travesía sin sobresaltos.

La tranquilidad también fue la nota predominante entre los bañistas tanto de la playa de Las Piletas como de otras zonas del litoral sanluqueño, que encontraron la imprevista presencia del buque como un atractivo más. La utilización de prismáticos entre los curiosos fue una de las notas predominantes.

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