La estatua del general Varela se alza en pleno centro de San Fernando. Y el estadio de fútbol de la capital gaditana lleva el nombre de Ramón de Carranza. Son dos personajes que participaron activamente en el golpe de Estado que en 1936 desencadenó la Guerra Civil y luego, la dictadura franquista. Pero ni San Fernando ni Cádiz han recibido la carta del Ministerio de Justicia que pide a más de 600 municipios españoles que retiren los vestigios franquistas que quedan en sus calles y plazas. Únicamente cuatro municipios gaditanos la han recibido: Barbate, Jerez, Arcos y Prado del Rey.

El alcalde de Barbate (Cádiz), Miguel Molina (PA), ha respondido al Gobierno que aclare a qué vestigios se refiere, ya que en el municipio ya fueron eliminados nombres de las calles y hasta el escudo que había en la fachada del Ayuntamiento. “Que nos digan qué elementos en concreto tienen que quitarse y no habrá problemas”, señala Molina. No en vano, Barbate fue uno de los primeros municipios de la provincia de Cádiz en cambiar el nomenclator cuando entró en vigor la Ley de Memoria Histórica. Incluso fue retirada la vidriera principal del patio interior del Ayuntamiento, que incluía el escudo de armas de Franco y la leyenda Francisco Franco, Fundador de Barbate.

El alcalde de Prado del Rey, José Ramón Becerra (PP), explicó ayer que cuando gobernaba el PSOE en el municipio cambiaron el nombre de todas las calles franquistas y quedó una dedicada a Calvo Sotelo. Becerra dijo que investigarán a quién se refiere, si a José Calvo Sotelo, político ultraderechista asesinado días antes del golpe de Estado de julio de 1936, o a Leopoldo Calvo Sotelo, presidente del Gobierno en el actual régimen democrático. “No es que no se haya cambiado por voluntad”, señaló, “sino porque nadie lo ha reclamado. Si hay que cambiarle el nombre, se cambia, pero que nos digan por qué”.