Caso esther jiménez La Guardia Civil tiene 'tomado' el municipio

Los diez días más difíciles de Arriate

  • Los vecinos comienzan a dar señales de cansancio y nervios · Los padres han solicitado un cambio en la legislación vigente

Juan Isidoro Jiménez y Carmen Villegas, dos gaditanos afincados en Arriate por razones laborales, ni en sus peores pensamientos llegaron a imaginarse que este traslado les tenía reservados el vivir los peores días de sus vidas, provocados por la desaparición, primero, y posterior muerte violenta de su hija María Esther, de tan sólo 13 años de edad. Han pasado ya 10 días de aquellos primeros momentos de incertidumbre tras descubrir que la joven no había regresado a dormir a su casa, aunque entonces mantenían la esperanza de que todo fuese cosa de adolescentes.

Desafortunadamente, los peores presagios se cumplieron y el cuerpo sin vida de María Esther era encontrado la noche del jueves, 20 de enero, en el interior de una caseta de depuración situada a escasos metros del núcleo urbano. Fue un bombero del Consorcio Provincial el que lo encontró, cuando prácticamente la Guardia Civil había dado por finalizado el dispositivo de búsqueda organizado y sus mandos se disponían a organizar a los vecinos que se habían ofrecido voluntarios para hacer batidas de búsqueda. En ese momento, entrada ya la noche y tras buscar en los alrededores de un vertedero donde un joven dijo que creía haber visto a Esther en la parte trasera de un vehículo, dos agentes y dos bomberos decidieron ir a un pozo situado cerca de la caseta como última opción. "Así lo tenemos ya descartado para mañana", dijo uno de ellos. A los pocos minutos sus caras lo decían todo. No era necesario ni preguntar qué había pasado. Era evidente que se habían dado de frente con el último escenario que querían encontrar.

Desde esa noche Arriate se convertía en un pueblo tomado por agentes de la Guardia Civil, mientras la noticia de extendía a gran velocidad entre los vecinos que se iban congregando en los alrededores del lugar. A partir de entonces, efectivos especializados de la Unidad Central Operativa (UCO) fueron llegando a la localidad para hacerse con la dirección de la investigación que trata de esclarecer lo ocurrido y encontrar al autor o autores de la muerte.

Mientras prosigue la investigación, los vecinos de Arriate empiezan a dar señales de cansancio, intranquilidad y desconfianza hacia los investigadores, dada la falta de detenciones, aunque a este último aspecto han contribuido bastante las declaraciones de que el caso tendría una resolución inmediata y que se habían encontrado numerosas pruebas y huellas en el lugar del crimen. Tampoco ha contribuido a incrementar el clima de desconfianza el que se hayan ampliado los interrogatorios a más vecinos y que se llegase a tomar la localidad para interrogar e identificar a cualquier persona que fuese por la calle. "Parece que todos somos sospechosos y que no tienen ni idea de quién ha podido ser", decía una vecina que tuvo que pasar los controles.

A todo ello, los padres de Esther tratan de retomar cierta tranquilidad en sus vidas, escudados en su hija pequeña, ante la que tratan de aparentar una normalidad que evite que esta situación pueda afectarle a la pequeña, de tan sólo 5 años de edad. Eso sí, como reconocen en su círculo más próximo, son muchos los momentos en lo que ya no pueden con esa sensación de tranquilidad que tratan de transmitir y se derrumban.

Además, también han emprendido un camino que iniciaron otros padres que se han visto en circunstancias parecidas, reclamando un cambio en la legislación para que una vez que encuentran a los autores tengan que cumplir íntegramente sus condenas. De momento, Arriate vive una tensa espera a falta de resultados concretos de la investigación, aunque cunde el temor de que entre los vecinos pueda estar los autores. Cada mínima novedad se sigue con gran expectación. Y es que todos quieren que se termine ya esta pesadilla que están viviendo con la detención del asesino o asesinos de Esther. Esa niña a la que casi todos conocían y que coinciden en definir como una joven "inocente y sin maldad".

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