tribuna de opinión

Un freno al desarrollo de Andalucía y del Campo de Gibraltar

  • El número dos del Ejecutivo andaluz advierte de las consecuencias que tiene para la zona y para toda la comunidad la falta de inversión del Gobierno central en el tramo Algeciras-Bobadilla

La comarca del Campo de Gibraltar y la esperada inversión en el tramo ferroviario Algeciras-Bobadilla vuelven a recibir este año un nuevo golpe de mano del Gobierno de Mariano Rajoy y de su proyecto de Presupuestos Generales para 2018 al destinar apenas 32 millones de euros que, de facto, mantienen en dique seco el desarrollo de los Corredores Transeuropeos en Andalucía. El sonoro carpetazo con el que el Gobierno central despacha año tras año una inversión crucial para nuestra comunidad provoca como mínimo el pasmo de los agentes económicos, sociales y políticos de la comarca y de Andalucía y la justa indignación de los que nos sentimos directamente implicados en el futuro y la expansión del Puerto de Algeciras que, cabe recordar, es el primer puerto de España y del Mediterráneo con más de 100 millones de toneladas de tráfico total y el motor del primer polígono industrial andaluz.

Un año más sentimos que el desprecio del Gobierno del PP a esta inversión condena el despliegue de otros proyectos modernizadores para Andalucía, además de constreñir el futuro de muchos sectores económicos y empresariales vinculados al mismo y la posibilidad de crear empleo a mayor ritmo en una comarca y una provincia especialmente sensible en esta materia.

Algeciras es el primer puerto de España y el motor del principal polo industrial andaluz

El diseño aprobado por Europa de la Red Transeuropea de Transporte convirtió a Algeciras y a la zona del Campo de Gibraltar en el kilómetro cero de dos de los nueve corredores prioritarios que integran esta infraestructura prioritaria en el desarrollo y vertebración de la UE. Tanto el Corredor Atlántico como los dos ramales del Corredor Mediterráneo, el que discurre por el interior vía Madrid y el que discurre por la costa de Levante, tienen su punto de partida convergente en el tramo Algeciras-Bobadilla, actualmente una vía anticuada que el Gobierno del PP mantiene al margen de su inversión pese al compromiso que le obliga a ponerlo en marcha en 2020 y que exigiría dedicarle 1.279 millones de euros (860 para el subtramo Ronda-Antequera), según tasación del propio Ministerio de Fomento de 2015.

Mientras en el pasado ejercicio de 2017 se destinaron a la Algeciras-Bobadilla apenas 20 millones de euros siguiendo la tónica de ejercicios anteriores y se prevé ahora, para 2018, otros escasos 32 millones de euros, este mismo Gobierno del PP lleva invertidos 13.500 millones en el ramal costero del Corredor Mediterráneo, lo que discrimina claramente a Andalucía. Con las partidas ridículas para los tramos gaditano y malagueño, se hurtan a Andalucía recursos fundamentales para su crecimiento y para el desarrollo de un proyecto ferroviario que supondría un salto cualitativo para la comunidad. Esta inversión desbloquearía la histórica y penosa conexión ferroviaria que sufre el Puerto de Algeciras con el resto de España y Europa y permitiría además desplegar en todo su potencial el trazado de la Red Logística Andaluza que tiene en este puerto uno de sus puntos fundamentales.

Esta red, diseñada por la Junta de Andalucía y en la que estamos llevando a cabo una fuerte inversión busca consolidar un sistema intermodal de gran capacidad formada por los puertos comerciales, las autovías y autopistas y los ejes ferroviarios transeuropeos que discurren por el ramal costero del Corredor Mediterráneo (Huelva-Sevilla-Antequera-Granada-Almería-Levante-Frontera Francesa), el ramal central de ese mismo Corredor y el Corredor Atlántico (Algeciras-Antequera-Córdoba-Linares-Madrid-Frontera Francesa) interconectados en Antequera y unidos a nuestro principal puerto por el tramo Algeciras-Bobadilla.

Se trata de una conjunto interconectado de infraestructuras especializadas para el transporte, ubicada en localizaciones de alto nivel estratégico con gran capacidad de conectividad y accesibilidad y que, sin embargo, padece el bloqueo sistemático por la falta de inversión estatal en los tramos andaluces de los corredores ferroviarios, lo que provoca la asfixia al desarrollo de esta red logística andaluza.

Andalucía no puede seguir padeciendo la flagrante desatención del Gobierno del PP que plasma desde el primer momento en sus Presupuestos, año tras año. Como en otros casos cuando toca hablar de Andalucía, el PP comete un gravísimo error. Confunde una vez más sus intereses y sus posibles litigios de carácter político que mantiene con el Gobierno de la Junta con las necesidades de inversión y desarrollo de una comunidad que, en territorio y en número de habitantes, debería situarse al frente de sus prioridades.

Andalucía, lo hemos dicho hasta la saciedad, no quiere ser más que nadie pero tampoco menos que ninguna. Esta comunidad no puede ser lastrada por un Gobierno que en todos los años que ha estado al frente del país ha aplicado recortes en las dotaciones de inversión del Estado y en los recursos del Sistema de Financiación Autonómica. Esta actitud reiterada está mermando nuestro potencial de crecimiento, de generación de empleo y nuestra convergencia con el conjunto de España. Si Andalucía hubiera recibido la financiación y la inversión que como media recibió el resto de comunidades habríamos tenido un crecimiento de 6,2 puntos superior y cerca de 200.000 empleos más en los últimos diez años.

La reclamación de la Junta de Andalucía ante el Gobierno central por esta falta de inversión tiene un argumento central en el efecto concreto y especialmente perjudicial que provoca sobre el futuro del Puerto de Algeciras y por el freno que supone a nuestro desarrollo.

El Campo de Gibraltar y Andalucía no pueden seguir esperando, ni el Gobierno del PP puede seguir ignorando sus obligaciones y sus compromisos con Andalucía y con Europa.

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