Juicio por la operación ruedas Cuarta sesión de la vista oral

Los investigadores pincharon los dos móviles del agente infiltrado

  • El guardia civil declaró que usaba un segundo teléfono para preservar su intimidad

El guardia civil infiltrado en la organización que introducía camiones con hachís por el puerto de Cádiz explicó la semana pasada en el juicio que usaba dos teléfonos móviles durante la investigación: que uno, con el que hablaba con los traficantes ante los que simulaba aceptar sobornos, estaba pinchado; que el otro lo tenía para mantener otras conversaciones ajenas al caso y que así podía preservar su intimidad. Ayer, en la cuarta sesión de la vista oral, un investigador dijo que los dos móviles de su compañero estaban pinchados y que éste no lo sabía: que el guardia ignoraba que también se estaban grabando las conversaciones que mantenía a través de esa línea.

El investigador aseguró que desconocía por qué había sido intervenido el segundo teléfono del guardia. Aunque suponía, apuntó, que era por seguridad del agente infiltrado. ¿Desconfiaban de él?, le preguntó un abogado defensor. "No me consta", respondió el investigador, guardia civil, que hizo de secretario de las diligencias de investigación y estuvo en ellas al mando de un sargento.

Este testigo declaró ayer en el juicio que comenzó la semana pasada en la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz y que sienta en el banquillo a dos policías nacionales y a un agente del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) acusados de ayudar a una organización de traficantes de hachís. Junto a ellos hay otros diez procesados, uno de ellos condenado en dos casos de narcotráfico de los 90, uno de ellos con un guardia civil en el banquillo.

La organización fue desmantelada en 2002 tras la intervención de un guardia civil destinado en el muelle de Cádiz que simuló aceptar sobornos a cambio de permitir el paso de camiones cargados con hachís, según señala el escrito de calificación fiscal. Ese guardia relató que los dos policías nacionales procesados lo visitaron y lo pusieron en contacto con otro procesado, que fue quien le hizo después varios pagos.

El guardia contó también que informó a su superior de la oferta de soborno que había recibido y que a partir de entonces su móvil fue pinchado y dos guardias civiles se encargaron de acompañarlo en la investigación en la que él simuló que aceptaba el papel de sobornado y colaborador de la organización de traficantes. El agente situó al agente del SVA procesado con los traficantes.

Hoy están citados a declarar varios agentes de Vigilancia Aduanera que también investigaron el mismo caso de los camiones con hachís.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios