Provincia de Cádiz

12 jornadas para juzgar a 23 acusados de pertenecer al clan de Follarranas

  • El fiscal solicita penas máximas por tráfico de hachís para los detenidos en Conil

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz ha señalado doce jornadas para juzgar a 23 vecinos de Conil a quienes la Fiscalía acusa de pertenecer a una organización de traficantes de hachís conocida como el clan de Follarranas. El juicio comenzará el próximo día 21. Dos de los procesados están considerados por la fiscal Antidroga como los encargados de la organización: S.F., conocido como Chano, y P.H., apodado Follarranas, que da nombre al grupo acusado de introducir en España por la costa gaditana cargamentos de hachís procedentes de Marruecos.

En el banquillo se sentarán varios familiares de los dos acusados de dirigir la organización, desmantelada en octubre de 2005 por la Guardia Civil tras la captura de un alijo desembarcado en la playa de El Palmar. Entre los 23 procesados se encuentran dos hermanos de Chano, su madre y su novia. También están acusados la madre, una hermana y un cuñado de Follarranas. La fiscal sostiene que colaboraban en la ocultación y blanqueo del dinero conseguido por la organización con el tráfico ilegal de hachís.

Las penas solicitadas por la fiscal van de cuatro años a nueve años y nueve meses de prisión, que es la más alta y corresponde a Chano, acusados de tres delitos: encargado de organización dedicada al tráfico de hachís, receptación y atentado. Para P.H., la fiscal pide siete años y nueve meses de cárcel por dirigente de organización y por receptación.

La investigación policial de este caso comenzó en septiembre de 2005 y continuó hasta diciembre de ese mismo año, explica el escrito de acusación, que menciona a un tercer responsable del clan: J.M.T., quien se encuentra en prisión en Marruecos y no se sentará en el banquillo en este procedimiento.

La fiscal explica en su escrito que esos tres dirigentes del grupo trabajaban con un tal Ahmed, marroquí, no identificado plenamente, quien proporcionaba el hachís en Marruecos y también les pagaba por transportarlo y almacenarlo oculto hasta que fuese vendido. Por cada transporte, de unos mil kilos de hachís por viaje, Ahmed les pagaba 120.000 euros. El marroquí enviaba a personas de su confianza para supervisar los cargamentos.

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