Provincia de Cádiz

La ocupación hotelera sube en una quincena sin calor

  • La provincia alcanza un 83,45% en un inicio de verano no tan bueno para la hostelería, según Horeca

Terraza de la Posada de las Cuevas, en Arcos de la Frontera, municipio que ha experimentado un notable incremento de la ocupación hotelera.

Terraza de la Posada de las Cuevas, en Arcos de la Frontera, municipio que ha experimentado un notable incremento de la ocupación hotelera. / ramón aguilar

La ocupación hotelera subió en la provincia de Cádiz durante la primera quincena de julio un poco más de tres puntos respecto al mismo período del año pasado. Aunque no ha habido olas de calor e incluso las temperaturas han permanecido por debajo de lo habitual, el balance proporcionado por Horeca, la patronal hotelera, indica que los establecimientos alcanzaron un 83,45% de ocupación, por encima del 80% que registraron en los primeros quince días de julio de 2017. "Son buenos datos, teniendo en cuenta que ha sido una quincena extraña, con viento de poniente", ha comentado el presidente de Horeca, Antonio de María.

Los municipios que han tirado más de ese incremento de la ocupación hotelera han sido Arcos, que anota un 49,4% y 32 puntos más que el año pasado; Sanlúcar, que sube 8 puntos y alcanza un 73,8%, y Chiclana, que registra casi 6 puntos más con un 92,9%. Otras cinco localidades se apuntaron también al ascenso pero más atenuado: La Línea (75%) subió 2 puntos; y Zahara de los Atunes (86,9%), Chipiona (85%), El Puerto (72,6%) y Jerez (67,7%) coincidieron en un incremento de aproximadamente 1 punto.

La ocupación descendió en seis localidades, aunque en Conil no bajó ni siquiera 1 punto y se mantuvo en un buen 93,4%. El descenso fue notable en Tarifa, donde bajó 6 puntos y registró un 66%. De María comentó ayer que el poniente no les va bien a los windsurfistas. La bajada afectó también a Cádiz (83,9%), Rota (90,5%), Algeciras (56,7%) y San Fernando (54,5%), todos entre 1 y 2 puntos menos.

La hostelería sí que acusó la inusual temperatura del inicio del verano. "No ha hecho buen papel. Las noches suelen aprovecharse en verano. De día, la gente se va a la playa y es por la noche cuando acude a la terracita, a tomar el aperitivo...; pero como no acompañaba el calor...", se lamentó el presidente de Horeca.

Las esperanzas están puestas este mes en la segunda quincena, que el año pasado fue histórica, recuerda Antonio de María: hubo un 93,9% de ocupación hotelera en la provincia.

Este año, ese arranque tardío del verano, con temperaturas más primaverales que las propias de esta época, ha beneficiado al turismo de interior de los pueblos de la Sierra. La primera quincena de julio ha llevado hasta Arcos a numerosos visitantes, que han alegrado las cuentas del sector turístico local. "Hemos tenido un crecimiento con respecto al año pasado en esta época. Obviamente, el factor tiempo ha sido la clave. La llegada tardía del verano, con temperaturas agradables y con precios muy competitivos, ha alargado nuestra temporada alta de primavera", reconoce Cristian Gallardo, propietario junto a su socio Ezequiel Romero del hotel Posada de las Cuevas, en la calle Alta.

Ambos jóvenes emprendedores se embarcaron hace dos años y medio en un proyecto turístico de envergadura: remodelaron una antigua fonda arcense considerada uno de los alojamientos hoteleros más antiguos de la localidad y la reconvirtieron en un espacio que conjuga tradición y modernidad. Este hotel baraja, además, buenas previsiones para agosto ya que muchos visitantes de la provincia aprovechan ese momento para conocer Arcos.

También se dejaron notar el viento de poniente y las temperaturas inusuales en el sector turístico de Chiclana, sobre todo en las miles de personas que tenían previsto desplazarse a la costa chiclanera desde poblaciones cercanas como San Fernando o Jerez e incluso desde Sevilla para pasar algunos días de vacaciones.

Aunque los datos de ocupación de los hoteles durante ese periodo han sido más que aceptables, las inmobiliarias se han visto en la necesidad de cambiar las fechas a clientes que han querido retrasar su estancia porque julio no cumplía sus expectativas de sol y playa en cuanto al clima. Las banderas amarillas durante buena parte de este mes han sido la tónica e incluso los voluntarios de la Cruz Roja se han tenido que abrigar en ocasiones para soportar el frío viento de poniente.

En cuanto a la hostelería, hay versiones para todos los gustos. Algunos propietarios de chiringuitos o bares asentados a pie de playa afirman que la climatología les ha beneficiado puesto que los bañistas se resguardaban del frío en sus establecimientos y, así, consumían más. Otros hosteleros consideran que es perjudicial, puesto que descienden de manera considerable los visitantes. En líneas generales, la mayor parte de los sectores implicados en el turismo coinciden en que el destino de Chiclana se caracteriza por su excelente temperatura en julio y agosto, algo que supone la principal atracción para que visiten la costa chiclanera que cuenta con cerca de 13.000 plazas hoteleras.

En El Puerto, la inestabilidad meteorológica de los primeros días de julio ha provocado que el sector hotelero haya tenido una primera quincena del mes algo descafeinada. A pesar de que julio ha presentado una mejoría considerable con respecto a la temporada de primavera, los hoteleros aseguran que el verano ha arrancado lentamente. Los propietarios de los hoteles destacan que debido a las suaves temperaturas, el turismo nacional ha optado por realizar reservas de última hora y de corta duración. Justo al contrario que los turistas extranjeros, que son más precavidos a la hora de programar sus vacaciones.

El grueso de los visitantes de El Puerto se ha concentrado durante los fines de semana. Y al hecho de que el verano haya comenzado con temperaturas bastante suaves hay que sumarle que los hoteles portuenses deben hacer frente al fenómeno de los alquileres vacacionales de empresas como Airbnb, cada vez más presentes en la ciudad.

En la comarca de La Janda, las veladas de este mes de julio van acompañadas de una rebeca o jersey fino, ya que alguna de las pasadas noches ha refrescado bastante, sobre todo si se pretende cenar en alguna de las muchas terrazas existentes en los municipios costeros y los de interior. Quienes pernoctan en tiendas de campaña incluso tienen que usar una manta. La bajada de las temperaturas tampoco animaba mucho a adentrarse en el mar. Eso sí, el paseo por las calles del casco urbano ha sido más confortable.

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