defensa

Una quincena de proyectiles al año

  • La Unidad de Buceo de la Armada realiza más de una actuación al mes de desactivación de explosivos

  • El 70% se hacen por la zona de Camposoto y Sancti Petri

La Unidad de Buceo de la Armada de Cádiz neutralizaba recientemente una antigua bomba de aviación encontrada a 3,5 metros de profundidad en aguas de La Línea. Los efectivos colocaban globos al proyectil para situarlo a una profundidad mayor, a 12 metros, y lo destruían mediante cargas especiales. El vídeo de la operación mostraba lo llamativo de la explosión, realizada con éxito. También se ven en las instalaciones de esta unidad, en la Base de Puntales, cuyas paredes están llenas de imágenes que recuerdan sus éxitos.

La de La Línea es de momento la última. Y es de momento porque la Unidad de Buceo suele realizar entre 15 y 20 operaciones relacionadas con la desactivación de artefactos explosivos, munición o minas que se puedan encontrar bajo las aguas, en las playas y costas. "Representa el 20% de nuestro trabajo, pero tiene mucha repercusión fuera", reconocía su comandante, el teniente de navío Pablo Eismar. Aunque su zona de actuación se extiende por todo el litoral andaluz, "el 70% de los proyectiles que aparecen los hacen en Cádiz", y sobre todo en la zona de Camposoto, en San Fernando, y en Sancti Petri. "Es donde más movimiento de artillería de tierra, de ensayos con explosivos y de la Armada hay", comentaba.

Ahora, con la llegada del buen tiempo, suelen ser los bañistas los que dan la voz de alarma. "La gente de la zona lo sabe porque llevan tiempo paseando por los mismos lugares años", apunta, asegurando además que no ha habido ningún incidente relacionado con estos hallazgos en la unidad. También se encuentran en la propia zona militar o barcos de pesca de arrastre, en la zona de Huelva.

Pero los proyectiles no sólo provienen de la propia actividad de la Armada en la zona, también se han encontrado proyectiles históricos, desde la Guerra Civil, aunque la mayoría no suele tener una antigüedad de más de 30 años. "Y hay que considerarlo como explosivo", explica, aunque luego no lo sea. Su misión es lograr que no explote, "destruirlo sin que explosione, sino deflagarlo", que es quemarlo poco a poco. Para ello, primero se le coloca una mínima carga con la que se hace un corte en el objeto y una segunda que lo abre. "El impacto que se busca es mínimo", explican el comandante.

Su equipo está formado actualmente por 27 personas, con tres desactivadores que necesitan año y medio de formación. "Estamos todo el año actividades y eso es un esfuerzo. Nuestra actividad es mediana-alta, porque de 15 a 20 intervenciones lo son". El comandante destacó que su unidad tiene un tiempo de reacción corto y en tres horas están en la zona de Cádiz donde se ha localizado el artefacto con todo el dispositivo. En sus desplazamientos llevan enfermero, ambulancia y la furgoneta de desactivado con los equipos necesarios y cinco personas para desactivación en superficie. Si es en el mar, cuentan con una flota de embarcaciones.

Sus intervenciones más destacadas van desde una granada de mortero en Vejer, un proyectil en Navantia, o la bomba de aviación en La Línea, "la más compleja". "Fue un desactivado en agua, en una zona cerca del paseo marítimo y que se tuvo que trasladar a una zona más segura lo más rápidamente posible". Y eso, como remarcaron, que estas actuaciones son el 20% de su trabajo, el resto está relacionadas con el buceo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios