propuestas turísticas

Un recorrido por los rincones de Camarón

  • Durante esta semana Turismo ofrece realizar la ruta de Camarón con un tren turístico para salvar la distancia entre los espacios visitados

Lolo Picardo (d.) explica a los participantes de la ruta Camarón algunos detalles de la historia de la Venta de Vargas.

Lolo Picardo (d.) explica a los participantes de la ruta Camarón algunos detalles de la historia de la Venta de Vargas. / d.c.

El recorrido empieza en la Venta de Vargas para culminar en el Mausoleo del cementerio de San Fernando, un lugar al que acuden muchas personas interesadas en la figura de Camarón cuando visitan La Isla como punto de peregrinaje. Lo sabe Belén, la guía que durante toda esta semana realiza este recorrido previsto por la Oficina Municipal de Turismo, de ahí que al resumir en qué va a consistir la actividad detalle que dará las explicaciones antes de llegar al Camposanto, por si alguien prefiere quedarse fuera. Cuando salgan de él la ruta llegará a unas tres horas de duración, por suerte los participantes habrán cubierto las distancias subidos en un trenecito, que al paso por la ciudad despierta la curiosidad de los vecinos, especialmente de los más pequeños.

En la Venta de Vargas el grupo es recibido por Lolo Picardo, que se encarga de dar algunas nociones sobre el establecimiento. "La Venta es conocida por dos vertientes: la gastronomía y el flamenco", comenta antes de entrar en el patio central. Cuando acaba la guerra, explica, los teatros están destruidos y los flamencos se refugian en este tipo de establecimientos para ganarse la vida, es lo que se llama el flamenco de cabales. Camarón, que conocía a la familia, acudía para escucharlos. La historia de Picardo está salpicada de anécdotas, algunas con José Monge Cruz protagonista. Como cuando se negó a cantar antes unos carniceros borrachos o la relación con Caracol.

Azulejos con la imagen del artista isleño, objetos personales y múltiples fotografías cuelgan de las paredes de la Venta. Fuera, a pocos metros, se erige la estatua de Camarón, de Antonio Mota. De 500 kilos, bronce, con pie de piedra ostionera y numerosos detalles: los anillos en las manos, las solapas, las cañaíllas en la silla de enea... "con Camarón niño mirando a su propio mito", destaca la guía.

Es momento de subir al tren para ir a Carmen, 29 y conocer dónde vivió José Monge con su familia hasta los 16 años. La casa natal guarda la estructura de la vivienda de entonces, aunque rehabilitada. "Aquí vivían seis familias, que compartían espacios comunes, el retrete, el lavadero, la cocina. La familia de Camarón tenía dos habitaciones", señala Belén. Mientras el resto de las estancias se han acondicionado con paneles para que los visitantes conozcan la historia de la ciudad, el barrio, el patio de vecinos donde creció Camarón; las fuentes del flamenco de las que éste bebió y los primeros pasos de su camino en ese mundo; esas dos habitaciones sirven de homenaje.

También se hizo un homenaje al cantaor cuando se decidió crear la peña que lleva su nombre. Él sólo pudo poner la primera piedra: murió antes de verla terminada. Dentro, sin embargo, es un templo dedicado a Camarón, que sigue manteniéndose fiel al flamenco.

"Ahora vamos al mausoleo, una obra de Manuel Correa. La parte alta recuerda a la espadaña del Carmen. Su figura es obra de Alfonso Berraquero. El catafalco de bronce, hecho en Salteras, es la ciudad que lo abraza", expone la guía.

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