Cuando Ignacio Grimaldi, director regional de Torresol Energy y delegado de Sener en Andalucía, tuvo encima de la mesa la posibilidad de construir un complejo termosolar con tecnología de colectores cilindro-parabólicos, este gaditano "de Cádiz, Cádiz", no se lo pensó dos veces a la hora de proponer el espacio ideal para su construcción.

"Hacía falta un lugar con muchas horas de radiación solar, con una superficie plana, sin mucho viento y con fácil acceso a acuíferos, y qué mejor sitio que San José del Valle, que reúne todas esas condiciones", asegura Grimaldi.

A este gaditano, apasionado de las nuevas formas de producción de energías renovables, le fascinaba la idea de traer a su provincia natal una inversión de estas características, algo a lo que ha ayudado bastante las condiciones del terreno, ya que según Grimaldi, "éste era un emplazamiento de libro".

El mecanismo de funcionamiento de estas plantas, basada en el almacenamiento de sales fundidas que permiten producir energía eléctrica cuando así se precise, "no es excesivamente complicado", ya que para Ignacio, "lo difícil es hacerlo con unas dimensiones tan enormes como las realizadas en San José del Valle", donde hay unos 98 kilómetros de tubos de cristal por los que circula el aceite que luego caldeará las sales almacenadas en las dos plantas de potencia existentes, una por cada planta.

Y es que atrayendo esta inversión a la provincia se ha dado empleo a un numeroso grupo de trabajadores, la mayoría de ellos residentes cerca del campo termosolar, aunque Ignacio asegura que la búsqueda no ha sido fácil.

"Intentamos favorecer lo máximo posible a los vecinos de la zona, pues San José del Valle es un pueblo con unos elevados índices de paro. Aunque no siempre se podía contratar a todo el que lo pedía, pues determinados trabajos exigían un cierto nivel de formación y no estábamos dispuestos a asumir riesgos empleando a trabajadores no cualificados para el puesto", explica Ignacio. Algo que le daba "pena" en vista de la situación por la que pasaban muchas familias, un mal trago que está acostumbrado a pasar cada vez que promueve la construcción de una instalación de estas características.

Aunque finalmente, la tasa de empleados gaditanos es bastante elevada. De los 61 trabajadores que se encargarán de las labores de mantenimiento y puesta a punto de Valle 1 y Valle 2, en torno a 50 son de la provincia. De San José del Valle y Arcos serán 20 de los 61 trabajadores, y muchos de ellos proceden de Algeciras.

Aunque como cuenta Álvaro Gutiérrez, jefe de planta de estas instalaciones, "casi todos los que estamos aquí tenemos vínculos con la provincia". "Yo soy de Madrid pero mi mujer es chiclanera; el jefe de mantenimiento es de Santander y está casado con una portuense; Juan Manuel García, jefe de seguridad, salud y medio ambiente es de Sevilla pero viene de Algeciras...", explica Álvaro, algo que da buena muestra de la estrecha relación de estas plantas con la provincia en la que se ubican.