sociedad y DEMOGRAFÍA | análisis de la evolución de los nombres propios en la provinciaLOS NOMBRES MÁS comunes EN LA PROVINCIALOS APELLIDOS más comunes EN la provincia

La revolución de Ale, Dani y Lucía

  • La elección del nombre de los recién nacidos ha experimentado cambios drásticos en la provincia en las últimas décadas, en especial a partir de los 70

  • Los José, Juan, Franciscay Antonia parecen entrar en claro declive

  • Los nominativos compuestos pasaron de moda

Donde hace 50 ó 60 años estaba José, ponga ahora a Alejandro. Y sustituya también a Juan por Daniel, y a Francisca por Lucía, y a Antonia por Paula, y así puede seguir durante mucho tiempo. Y es que los cambios tan descomunales que ha experimentado -y lo sigue haciendo- la sociedad en casi todos sus aspectos también ha llegado a los nombres propios de los recién nacidos, que ha experimentado una revolución en toda regla en las últimas décadas.

Un análisis pormenorizado de esta evolución, en base a los últimos datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que se apoyan en los padrones municipales de fecha 1 de enero de 2017, no deja lugar a la duda. Los nombres propios de los gaditanos han evolucionado de manera clara en las últimas décadas, en especial a partir de los 70. Poco a poco fueron apareciendo -y lo siguen haciendo- nominativos que años atrás suponían una rareza. Y ahora lo raro es que un niño se llame Pepe, Paco, Juan, Antonia, Paqui o Juana, y eso si nos ceñimos sólo a aquellos nombres que no hace mucho tiempo eran los que reinaban en la práctica totalidad de los municipios gaditanos.

Manuel y María del Carmen siguen siendo los nombres más comunes en Cádiz

La revolución de los Alejandro, Daniel y Lucía es un hecho, como podría confirmar cualquier profesor de guardería o de Infantil. Pero algunos de esos nombres de siempre se resisten aún a caer en el olvido. Serían los casos de Manuel y de María del Carmen, que incluso siguen siendo los más comunes entre los hombres y mujeres que están empadronados en la provincia gaditana. Más de 33.000 gaditanos responden a día de hoy al nombre de Manolo, Manu, Lolo o algún otro diminutivo de Manuel, una cifra que supera en algo más de 3.000 personas a los que se llaman Antonio. Curiosamente es este último nombre el que manda en el conjunto nacional, por delante de José y Manuel.

En la provincia, tras Manuel y Antonio permanecen en un lugar de privilegio, aunque perdiendo mucha fuerza conforme avanzan los años, los José, Francisco y Juan, que preceden a los tres nombres compuestos que más han calado en la población y que son José Antonio, Francisco Javier y José Manuel.

En lo que respecta a los nombres femeninos, María del Carmen mantiene un liderazgo incuestionable tanto en la provincia como en el global de España, y eso que el INE diferencia entre María del Carmen y Carmen (a secas), al igual que hace con otros nominativos como Dolores y María Dolores, Ana y Ana María, y Josefa o María Josefa, entre otros muchos.

De esta manera, en el conjunto de los 44 municipios gaditanos hay actualmente o, mejor dicho, había a principios del año 2017, casi 28.000 mujeres que se llamaban María del Carmen, por delante de las María, Josefa o Ana María.

En esta estadística, publicada hace dos meses, el INE ha distribuido a todos los gaditanos por franjas de edad, de cara a descifrar de esta manera cuáles eran los 20 nombres que tenían el predominio cada década tanto entre los hombres como entre las mujeres (ver tabla adjunta). Y este análisis no deja lugar a dudas sobre esa revolución nominativa que empezó a vislumbrarse en los años 70 -mucho más llamativa en los nombres de mujeres que en los de hombres- y que se ha disparado con la llegada del nuevo siglo.

De esta manera, entre los gaditanos con vida que nacieron antes de 1930 el podio lo ocupan los José, Manuel y Antonio por un lado y las María, Josefa y Carmen por el otro lado. Curiosamente, entre esa época y la actual hay algunas coincidencias como, por ejemplo, que los nombres compuestos en ambos sexos tuvieron su auge a partir de la década de los 50, 60 y 70 aunque ahora están en claras vías de extinción. Un ejemplo muy claro es Francisco Javier, que fue el nombre más recurrente entre los gaditanos nacidos en las décadas de los 70 y los 80 aunque su uso fue cayendo hasta quedar en los tiempos actuales como una opción residual, aunque sí mantiene cierto predominio el Javier a secas.

En lo concerniente a la parte masculina el nombre más utilizado hasta la llegada de la década de los 50 fue José. A partir de 1950 surgió el reinado de Manuel, que prevaleció durante 20 años, hasta 1970 cuando fue relevado por Francisco Javier. Y también dos décadas después, en 1990, ese lugar de privilegio pasó a ser ocupado por Alejandro igualmente durante 20 años. En los siete primeros años de esta década (de principios de 2010 a finales de 2016) los cinco nombres más repartidos entre los niños recién nacidos son Hugo, Alejandro, Pablo, Manuel y Daniel, por este orden.

De este apartado masculino sobresale el hecho de que hayan ido desapareciendo, aparte de los nombres compuestos, otros nominativos que antaño llegaron a tener bastante peso en la sociedad gaditana, como Diego, Pedro, Luis, Fernando, Andrés, Cristóbal, Salvador, Sebastián, Alfonso, Joaquín o Ramón, entre otros. Ese protagonismo ahora se lo disputan, además de los Alejandro, Daniel, Hugo o Pablo ya citados, otros nombres que vienen sonando con mucha fuerza como Álvaro, David, Adrián o Mario, por ejemplo.

Todos estos cambios son aún mucho más visibles en el apartado de las mujeres, y eso a pesar de que María (a secas) ha vuelto curiosamente a ser ahora el nombre más común entre las gaditanas más jóvenes, al igual que sucediera entre las nacidas antes de 1930 y entre ese año y 1940. Entre medias ha quedado un reinado de María del Carmen que se ha prolongado durante más de medio siglo (las cinco décadas que van de 1940 a 1990).

En el caso de las mujeres hay un dato llamativo que se da también, aunque en una medida mucho menor, en los hombres. Y es que no son pocos los casos de nombres que se ponen de moda entre las recién nacidas pero que apenas aguantan una década en el candelero para esfumarse después. Esto es mucho más visible sobre todo a partir de la década de los 70. En esos diez años, por ejemplo, tuvieron un protagonismo fugaz nombres como María del Mar, Eva María, Yolanda, Susana, Sonia o Silvia, que se colaron en esa década entre los 20 nombres más recurrentes para no hacerlo nunca más. Lo mismo le sucedió en la década de los 80 a Verónica, Estefanía, Vanesa, Tamara o Virginia y en la década de los 90 a Miriam o Noelia, por ejemplo. Con la llegada del nuevo siglo aparecieron nombres hasta entonces poco frecuentes o no tan comunes. Algunos de ellos parecen haber llegado para quedarse, como Lucía, Paula, Julia, Marta, Daniela, Alba o Elena. Otras como Andrea o Nerea parecen haber pasado de moda muy rápido. Y en la década actual han surgido con fuerza otros nombres como Martina, Valeria, Adriana, Alejandra, Carla o Valentina que sólo el tiempo dirá si se difuminan pronto o si van a prevalecer cierto tiempo en la relación de nombres predilectos. A destacar el caso de Lola, desde siempre un diminutivo de Dolores y de María de los Dolores pero que se ha erigido con fuerza en un nombre propio por sí mismo, tanto que actualmente es el noveno más utilizado entre las gaditanas nacidas en esta época.

Y es que en los tiempos que corren casi nada queda ya de aquella época en la que la tradición recomendaba poner al bebé el nombre de los padres, o el de los abuelos, o el del santo del día del nacimiento. Y nada queda ya de aquellas órdenes eclesiásticas que perduraron durante varias décadas y que obligaban a añadirle María al nombre elegido para una hija. Incluso, y aunque no se ha perdido del todo, sí parece que se va olvidando con los años esa otra tradición de ponerle al vástago (sobre todos a las mujeres) el nombre del patrón o patrona del pueblo en cuestión, algo de lo que en esta provincia saben mucho las Rosario, Carmen, Regla, Oliva, Caridad, Palma o Lourdes, sólo por poner algunos ejemplos.

En los tiempos actuales a la hora de ponerle nombre a un hijo o a una hija parece que sólo manda el gusto de los padres. Y en cuestión de gustos siempre influyen las modas. Y en la provincia de Cádiz lo que manda actualmente en esta moda es la revolución de Ale, Dani y Lucía.

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