OPINIÓN. CARRIL DE SERVICIO

Cambio de formato

Voy a un sitio en el que pasan las películas de vídeo a dvd. Llevo Senderos de gloria de Stanley Kubrick y Forajidos de Robert Siodmak. Las grabé de televisión hace muchas mudanzas. No sé qué podrán hacer con ellas: sí, estarán en dvd, pero seguirán con sus fallos, todo ese polvo, todo ese tiempo que les ha caído encima. Soy un tipo anticuado para esta clase de cosas. De hecho, escribo esto en una Olivetti Studio 44. Su anterior propietario fue el padre de mi mujer, que murió cuando ella era una niña y se quedó con la máquina durante sus años de estudiante, después yo la conocí y fue una de las primeras pertenencias que aportó a la pareja, y así hasta hoy. Ahora ella hace sus informes de adopciones internacionales en un ordenador de última generación desde el que rápidamente se conecta con China.

Sí, soy un anticuado. Cuando salieron los primeros vídeos y todo el mundo tenía uno en casa y los videoclubs florecieron yo no hice caso. Iba al cine. Hasta que mi mujer me regaló uno en la navidad de 19... no sé.

El negocio que he encontrado en el que pasan las películas de vídeo a dvd está lejos. Voy en autobús. ¿Y por qué este cambio de formato? El vídeo que me regaló mi mujer dejó de funcionar hace mucho. Un día que yo daba vueltas en la cama pensando en la jugada que me había echado de la timba la noche anterior con la cartera despellejada, mi hijo se acercó ni triste ni enfadado y me enseñó la carcasa de una película de la que salía, como una tripa negra, un trozo de cinta.

–Papá, el vídeo se ha roto.

–Sí.

–Mira lo que ha hecho con esta cinta.

–Sí.

–Hay que comprar otro.

–Sí.

Ya no juego. Ha pasado mucho tiempo. Lo he dejado. No es fácil.

No compramos otro vídeo. Mi mujer nos regaló un dvd.

Así que aquí estoy, en este autobús, con las cintas. El tráfico es un caos, pero hoy no tengo prisa. Sí les diré que es urgente que tengan listo cuanto antes el disco con Senderos de gloria. Es por mi hijo. Un día lejano chamuscó los intestinos del vídeo con una película de estúpidos dibujos animados y ahora tiene que hacer un trabajo sobre la Primera Guerra Mundial para el instituto y le han encargado que vea la película de Kubrick.

Y yo pienso que eso es la vida: un día dejas tus películas de niño y otro te ves tomando notas ante la pantalla escuchando y viendo qué dicen y hacen Kirk Douglas, Adolphe Menjou y George Macready sobre la cruel y absurda muerte de los hombres.

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