María Peláez. Nadadora

"Clasificarse para unos Juegos es de pequeños héroes del día a día"

Si el número de participaciones olímpicas fuera el principal factor para medir la calidad de un atleta, resultaría fácil sostener que María Peláez (Málaga, 1977) es la mejor deportista española de la historia. Medio centenar de veces campeona de España, campeona europea, más de doscientas veces internacional y cinco olímpica, el currículum de María impresiona, y sólo Arantxa Sánchez Vicario iguala su cifra de entorchados olímpicos, aunque la tenista asistió por invitación a sus últimos Juegos. Por eso no es fácil preguntarle cuál es su rincón favorito. María ha visto y nadado medio mundo. Ella diría que una piscina, el mar, cualquier lugar con agua en la que nadar. Y ahora mismo está enamorada del nuevo Centro Acuático de Málaga, un moderno complejo que ha costado 20 millones de euros y al que muchos sectores de la ciudad querían dar su nombre, algo que el Ayuntamiento, de momento, rechaza. “Me habría gustado, pero es algo que ni depende de mí ni me parece fundamental. Lo importante es que Málaga cuente con una instalación así, porque en España, ahora mismo, no hay nada que se acerque a este complejo”, cuenta antes de partir hacia la ciudad japonesa de Amagasaki, donde el equipo español de natación está concentrado desde el  martes.

Su actual piscina favorita –hasta que pruebe el Centro Nacional de Nado del Parque Olímpico chino, el espectacular Cubo de Agua– fue inaugurada por los campeonatos de Europa de Waterpolo, que dieron el primer título a Montenegro como país independiente, precisamente ante Serbia, y posteriormente por los campeonatos de Andalucía de natación, en los que, cómo no, María quedó campeona. “Los nadadores que han venido a Málaga se han quedado todos alucinados con las instalaciones, de las que tienen que salir nadadores de competición andaluces por fuerza si se trabaja con tranquilidad”.

El trabajo constante, el sacrificio diario  en la piscina, es la clave, el pilar fundamental del éxito de una nadadora que también cuenta con un talento innato indiscutible, ya que debutó en unos Juegos, los de Barcelona, con sólo 14 años. Era la benjamina de todo el equipo olímpico español. Después llegarían Atlanta, Sidney, Atenas y, en los próximos días, Pekín. Por eso participar es el mejor éxito. “Las medallas son para los grandes héroes de cada deporte y la clasificación es para los pequeños héroes del día a día, y no todos lo consiguen. Tengo compañeros que han luchado mucho por llegar a una cita olímpica y no lo han logrado, como ocurrió con mis hermanas mayores, que para mí eran un referente. Para mí es un honor, no sólo compartir los quintos juegos con Arantxa, sino con gente como Carlos Sala en atletismo, Chemi Gil en saltos de natación, y Jesús Rollán o Salvador Gómez en waterpolo. Es algo que ha conseguido muy poca gente ”.

Dice abiertamente que de aquella niña que con 14 años compitió en Barcelona 92 queda sobre todo la ilusión y la pasión por lo que hace. “Siempre he sido un poco infantil en parte, y eso me ha ayudado a tener la capacidad de ir progresando y de soñar, que creo que es algo muy de niños”. Por eso define el nexo de unión de todos los deportistas como “la capacidad de creer en nosotros mismos y salir adelante en las situaciones difíciles”. Y el ejemplo a seguir es claro: “Un deportista que aspira a algo necesita la perseverancia, la constancia y saber venirse arriba, la capacidad que tiene Nadal de estar en un partido cuatro juegos atrás y decir, ¡esto lo tengo que ganar yo!”.

Así es como se ha comportado desde  Barcelona hasta hoy, con un palmarés que da vértigo. Su objetivo para estos juegos, donde nadará en la prueba de 200 estilos, es estar entre las mejores: “Siendo realistas, creo que puedo acceder a una final, lo que significa estar entre los dieciséis primeros. Es una competición complicada, porque todo el mundo lleva mucho tiempo preparándose. Además, quiero hacer mi mejor marca en unos Juegos Olímpicos, y eso es bajar de 2.15 y llegar incluso al 2.14. Creo que esta última marca la tengo absolutamente bajo control”.

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