UN MONUMENTO 'OBLIGADO'

Un Michelin a la entrada de Jerez

La estética de las ciudades está condicionada, muchas veces, por el color o el estilo del Ayuntamiento de turno. Durante el mandato de Pedro Pacheco, en Jerez las rotondas fueron decoradas con esculturas de carácter clasicista, como un el monumento al Minotauro o un caballo de Troya. Se puede discutir la conveniencia o el gusto de esta política, pero entra dentro de la competencia municipal. Sin embargo, a la entrada de la ciudad, en una de las plazas de la avenida de Europa, aparece un monumento a Bibendum, el muñeco de Michelín. Éste no lo colocó el Ayuntamiento, sino que es la consecuencia de un conflicto de la empresa francesa con el gobierno municipal anterior. Pacheco ideó un parque temático del motor, el Speed Festival, y Michelín se prestó a participar con cincuenta millones de las antiguas pesetas, unos 300.000 euros. Ese proyecto nunca vio la luz, y, ante la posibilidad de denuncia, el consistorio actual (PSOE) accedió que la firma de neumáticos colocara su icono durante diez años.

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