Celtic - Betis | La Crónica

Balas de fogueo para el simulacro (3-2)

  • El Betis cae derrotado en Celtic Park entre su desidia defensiva y la falta de puntería de los atacantes

Joaquín se lamenta en un momento del partido.

Joaquín se lamenta en un momento del partido. / EFE

El Betis se despidió de la primera fase de la Liga Europa con derrota en Celtic Park. Lo que podría considerarse un mero accidente, al no existir nada en juego en lo deportivo, se convirtió en un descalabro ante el simulacro de partido que realizaron los hombres de Manuel Pellegrini. Sí, el Betis bien que pudo empatar por el amplio abanico de ocasiones que tiró a la basura, pero la imagen competitiva fue paupérrima ante un Celtic que era una verbena en el área propia.

Ni el orgullo de Joaquín, que disputó los 90 minutos, o de Borja Iglesias, autor de ese gol y medio que igualó la contienda por dos veces, consiguieron esconder la desidia verdiblanca sin la pelota. El Celtic, con numerosos jugadores que apenas habían participado hasta el momento, se encontró con enormes pasillos hacia la portería de Rui Silva para meter los goles que le fueron haciendo falta para llevarse la victoria y esos 630.000 euros que se otorgan por cada victoria.

Si Pellegrini había pedido en la previa que el Betis compitiera con esa mentalidad ganadora que lo tiene tercero en la Liga y clasificado en Europa, la puesta en escena ya evidenció que no iba a ser el día. El Celtic, con ganas de agradar a su ferviente afición, cogería ventaja casi a las primeras de cambio. En el segundo saque de esquina consecutivo, en el minuto 3 del partido, Welsh se adelantó a la pasiva defensa bética para peinar el lanzamiento de Abada y superar a Rui Silva, que sólo pudo contemplar como el balón se colaba junto a su poste izquierdo.

Turnbull anota el penalti para el definitivo 3-2. Turnbull anota el penalti para el definitivo 3-2.

Turnbull anota el penalti para el definitivo 3-2. / EFE

Las limitaciones técnicas del conjunto escocés permitieron que el Betis se fuera metiendo en el juego. Pero esta vez los de Pellegrini llevaban balas de fogueo para el combate. Borja Iglesias, Diego Lainez, Joaquín o Tello superaban líneas con facilidad pero sin eficacia. Y tampoco la fortuna se pondría del lado verdiblanco, con un remate de Paul que golpeó con violencia el larguero justo antes del intermedio.

Ese correcalles se acentuó en el segundo acto. Ni Betis ni Celtic querían protegerse, como si de un partido de plazoleta se tratase. Bueno, hasta en los barrios existía más coraje para no dar facilidades al contrario. De nuevo Tello y Joaquín dispondrían de claras oportunidades ante la portería del heterodoxo Bain, pero la puntería bética no estaba afinada.

Tampoco el Celtic aprovechaba las facilidades defensivas que ofrecía –Bitton remataba a placer otro saque de esquina– y hasta su propio portero sería el encargado de establecer la igualada. Tuvo mala suerte Bain en esta ocasión, tras la excelente maniobra entre Joaquín, quién si no, y Borja Iglesias. El potente remate del gallego se estrelló en el poste, pero el rebote golpeó en la pierna del meta para que los verdiblancos pusieran el 1-1.

Tello falla una de las múltiples ocasiones del Betis. Tello falla una de las múltiples ocasiones del Betis.

Tello falla una de las múltiples ocasiones del Betis. / EFE

Cualquiera pensaba que ese gol metería al Betis definitivamente en el partido. Nada más lejos de la realidad. Édgar y Miranda se formaban un lío en el área propia y Henderson, recién entrado al campo por el lesionado Furuhashi, ponía de nuevo al Celtic por delante.

Poco le duraría la alegría al cuadro escocés. En el enésimo error defensivo, Canales , al que recurrió Pellegrini para intentar darle sentido al juego bético, habilitaba a Borja Iglesias, que esta vez no necesitó la ayuda de nadie para superar a Bain en su salida con un remate por bajo.

Sí, tampoco fue la definitiva. El festival de errores continuó y, tras un mal pase de William Carvalho en la medular, Johnston le ganó por piernas a Édgar, que acabó cometiendo penalti. O así lo vieron el polaco Stefanski y el VAR, que no modificó el criterio arbitral. Turnbull ponía el 3-2 y llevaba el delirio otra vez a Celtic Park, que sufriría durante los 10 minutos de prolongación –el juego estuvo parado casi cinco minutos por un choque entre Bitton y Urhoghide–.

Pero el marcador ya no se movería. Ni Juanmi, tan atinado últimamente, llevaba balas de verdad, y su remate tras otro pase de Joaquín se fue al larguero para que el Betis sufriera una fea derrota en un escenario que debería haber exigido mucho más.

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