Más allá de las emociones

XXVI Festival de Jerez

María Moreno presentó en el Festival de Jerez 'More (No) More'
María Moreno presentó en el Festival de Jerez 'More (No) More' / Miguel Ángel González
David Montes

22 de febrero 2022 - 10:44

FICHA TÉCNICA: 'More (no) more'

Espectáculo: More (no) more. Baile: María Moreno – Cante: Pepe de Pura e Ismael de la Rosa – Toque: Juan Requena y Óscar Lago – Percusión y palmas: Roberto Jaén. Día: 21 de febrero de 2022. Lugar: Teatro Villamarta.

Con una vigésimo sexta edición del Festival de Jerez que ya marcha a velocidad de crucero, María Moreno aterrizaba en el principal espacio escénico de la ciudad para poner patas arriba el Teatro Villamarta con 'More (no) more', un espectáculo en el que expone un amplio abanico de sus estados anímicos y su forma de entender eso que vive, tanto en el hoy como en el espacio-tiempo que la ha traído hasta aquí.

Con el aval de ser el espectáculo que mereció el galardón al ‘momento mágico’ de la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla y arropada por unos músicos de primera al cante, al toque y a la percusión, María Moreno recorre a través de una hora y cuarto de espectáculo una serie de escenas tan intensas en su aroma a ‘yerbabuena’ en muchos pasajes, como veloz a la hora de utilización de ciclogramas y recursos que entran y salen a la misma velocidad que ella vive su cotidianeidad personal y artística y en la que, en esta concatenación de secuencias a modo de políptico – a modo de pintura en paneles-, hay tiempo para todo.

Con su dietario personal y su lenguaje corporal como eje de la ‘vitae’ y las ‘passiones’ de este ‘More (no) more’, los códigos secretos iniciáticos que componen el espectáculo van quedando al descubierto conforme avanza el viaje que María Moreno comparte con el espectador, sin prisa pero sin pausa, como por ejemplo en la crudeza vital de los tarantos de corte actual y contemporáneo – ahora dirían que deconstruido y vuelto a construir-, o cuando convierte su cuerpo en los elementos percutivos de un cajón, o cuando refleja la complicidad y compadreo a través de tanguillos, fandangos de Huelva o sevillanas ‘interruptus’ al compás de un smartphone del que nunca se separa, junto a un enorme Roberto Jaén.

María Moreno durante un instante de su actuación
María Moreno durante un instante de su actuación / Miguel Ángel González

No obstante, María Moreno ofrece un baile poliédrico en este espectáculo, conjugando con acierto fases más contemporáneas con otras eminentemente flamencas, si bien nunca llega a perder ese sabor oriundo que Cádiz le impregna a todo lo que nace de su tierra, de sus orillas y de sus escolleras. Y del poso de ese aroma salino llegan los mejores momentos en este ‘More (no) more’, siendo a la vez una joven que descalza que, en el inicio, se muestra con la ilusión incipiente de quien fantasea en su casapuerta de piedra ostionera contoneándose a golpe de bulerías; una bailaora que engancha cuando se deja llevar por el alma blanca de su bata de cola en la granaína; y sobre todo una artista que se sabe ganadora y se empodera cuando le toca fajarse con las alegrías y la soleá.

Y es que María es more More(no) cuando tiene cerca el cante. En el que regala Pepe de Pura imperial por soleá es capaz de exprimir al máximo lo que da de si su cuerpo enfundado en los colores del duende – rojo y negro-, sin el menoscabo del que Ismael de la Rosa le achucha por cantiñas y alegrías cuando va andando – o más bien en volandas- a través del compás de los suyos sin más escolta que unas palmas bien puestas en su sitio y se deja llevar por el universo en el que recoge el legado recibido por sus maestros.

La bailaora hizo las delicias del público
La bailaora hizo las delicias del público / Miguel Ángel González

Si dicen que la vida es todo aquello que pasa mientras pensamos que vamos a hacer mañana, María Moreno hace todo un alegato en este espectáculo a todo lo contario. En More(no) More la vida está hecha para sentirla, exprimirla y, en su caso, bailarla en presente de indicativo, con miedo, con alegría, con tristeza y, sobre todo, con pasión, porque lo mismo que hoy no se baila igual que ayer, tampoco será ni mucho menos como lo haríamos mañana. Y María Moreno vive para bailar. Y nosotros para verla y disfrutarla. Ayer, hoy y mañana.

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