"Siempre hay algo diferente cuando escuchas a María Terremoto", dijo Manuel Moreno, relaciones públicas de la Asociación Cultural Fernando Terremoto al presentar a la cantaora jerezana, que el pasado sábado por la noche abrió las XIX Noches a Compás, en un acto que llenó la entidad y que contó con la presencia de la alcaldesa de la ciudad, Mamen Sánchez, y el delegado de Cultura, Francisco Camas. 

Se le vio emocionada y especialmente motivada "porque cantar aquí, por donde ha pasado mi padre tantas veces, es difícil. Esta es mi casa, mis vivencias, mi infancia y aunque no es fácil, vengo a hacerlo por él y dar el corazón".

Con la guitarra de Nono Jero, ejemplar durante toda la noche, y las palmas de Juan Diego Valencia y Manuel Valencia (compaginados como un reloj con cante y guitarra), María Terremoto regaló al entregado público un completo recital en el que no se guardó nada y donde puso nuevamente de manifiesto que estamos ante una de las grandes del panorama actual.

Comenzó por aires fragüeros que intercaló con romances, para continuar por bulería por soleá, y cantes de Levante, destacando especialmente por cartageneras, a las que le imprimió un sello personalísimo pese a que recurrió a letras habituales en el repertorio camaronero, donde es fácil caer en la cadencia. Excelente. Remató por alegrías, demostrando otra vez su habilidad para contolar la situación en cada momento.

Su actuación prosiguió, tras el pertinente descanso, por tangos, recorriendo con garantías diversos estilos durante casi quince minutos, y seguiriyas, acordándose de Manuel Torre y exhibiendo ese gen Terremoto que la diferencia, muy bien acompañada por Nono Jero, que llegó a levantar al público con sus falsetas. Fue sin duda, junto a los cantes de Levante, lo más destacado de la actuación.

María cerró la noche como no podía ser de otra manera, por bulerías, derrochando tablas y seguridad encima del escenario. Se bailó, se cantó e hizo guiños a Jerez, con la bulería corta, Luis de la Pica e incluso a La Chati con las letras de aquel tema, 'Derroche', popularizado por Ana Belén. El fin de fiesta llegaría con su tía Luisa y con el joven Manuel Monje, que puso el público a sus pies con varias letras y una pataíta.

Manuel Ríos, padre del artista Mamé Ríos, entregando el cuadro en Terremoto.