Una forma natural de vitamina E, llamada alfa-tocotrienol puede desencadenar la producción de una proteína en el cerebro que despeja las toxinas de las células nerviosas, impidiendo la muerte celular después de un derrame cerebral. Ese es al menos uno de los tres mecanismos que esta forma de vitamina E utiliza para proteger las células del cerebro después de un ictus, lo que podría significar que esta sustancia natural puede ser una herramienta muy potente para la prevención de accidente cerebrovascular, de acuerdo con científicos de la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos, que han estudiado la vitamina E durante una década.

De este modo, la investigación sostienen que la forma tocotrienol de la vitamina E protege el cerebro después de un infarto cerebral al bloquear una enzima responsable de la liberación de ácidos grasos tóxicos . La vitamina E se encuentra naturalmente en ocho formas diferentes, y todo este trabajo se centra en la forma tocotrienol, también conocida como TCT. El TCT no es abundante en la dieta occidental. Es un componente común de una dieta típica del sudeste asiático. "Este es uno de los primeros estudios para demostrar que un una vitamina puede alterar la biología de microARN para producir un resultado de la enfermedad favorable", dijo Chandan Sen, profesor de la citada universidad y autor principal del el estudio. "En este caso, un producto alimenticio natural que actúa simultáneamente sobre varios objetivos para ayudar a prevenir un ataque cerebral inducida por daño cerebral".

La vitamina E se encuentra en muchos alimentos, principalmente de origen vegetal, sobre todo en los de hoja verde (el brócoli, las espinacas), semillas, entre ellos la soja, el germen de trigo y la levadura de cerveza; también puede encontrarse en alimentos de origen animal como la yema de huevo. Normalmente se suele considerar un aporte de vitamina a los aceites vegetales. Algunas dietas que emplean desayunos de cereales aportan una gran cantidad de vitamina E al cuerpo.