La Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual (Asansull) atiende en La Línea a 35 niños con Trastorno del Espectro Autista, aunque algunos están pendientes de un diagnóstico en firme, gracias a los centros de Atención Temprana y de Apoyo Integral.
La directora del servicio, Antonia Guerrero, explicó que el autismo se manifiesta antes de los 3 años, durante los nueve primeros meses de vida del niño y es a partir de ahí cuando aparecen los primeros síntomas de carencias en las capacidades comunicativas y cuando los padres se alarman por un conjunto de síntomas característicos. Esos síntomas son: falta de respuesta a las llamadas y al lenguaje; impresión de desconectada soledad; ausencia de juegos de ficción; pérdida o falta de desarrollo del lenguaje expresivo; con frecuencia trastornos emocionales; miedos inexplicables e intensos; irritación; sensibilidad a los sonidos fuertes; trastorno del sueño; y caprichos alimentarios, entre otros.
En el Centro de Atención Temprana (para niños de cero a 5 años) y el Centro de Apoyo Integral (para menores de 5 a 16 años) "tratamos de hacer más significativo el mundo de los niños con Espectro Autista, ampliar sus posibilidades de autonomía y hacer más posible su comunicación con otras personas". Para ello, los profesionales trabajan, según indicó la directora, "de forma paciente y continuada, ya que exige un tratamiento largo, complejo y paciente en el que se producen avances lentos. También las familias que lo requieren, reciben apoyo terapéutico y participan de la escuela de padres que se lleva a cabo y de la que se encarga una psicóloga".
Los objetivo generales de Asansull para con los menores que sufren autismo son: promover el bienestar emocional disminuyendo sus experiencias emocionales negativas e incrementar emociones positivas; disminuir estereotipias, rituales y contenidos obsesivos de pensamiento o acciones; promover su autonomía personal y el autocuidado; desarrollar la capacidad simbólica; desarrollar destrezas cognitivas y de atención; aumentar la capacidad de la persona con autismo de dar sentido a las acciones y a las relaciones con otras personas; desarrollar las destrezas de aprendizaje como imitación, observación, que permiten incorporar pautas previas para su desarrollo; y disminuir conductas que producen sufrimiento al propio menor o a los que le rodean; desarrollar las competencias comunicativas; y aumentar las capacidades que le permiten interpretar el mundo que le rodea.
Los pequeños que están en ambos centros reciben una atención individualizada y en grupos pequeños según sus edades y su nivel cognitivo. Los pequeños son atendidos por el logopeda y reciben clases para incrementar sus habilidades sociales y mejorar su forma de relacionarse con otras personas. "Queremos fomentar su integración e inclusión social para que puedan estar en contacto con niños que no sufran este trastorno, para que puedan relacionarse", señaló Antonia Guerrero.
Además, la directora informó de que también se facilita su ingreso en la guardería y luego por cada caso se mantienen reuniones con el equipo de orientación educativa y con la familia para realizar estudio de la modalidad de escolarización más conveniente, ya que existen tres variantes que son escolarizar al menor autista en un centro ordinario pero con un aula especializada para los pequeños que padecen este trastorno, que el niño comparta clase con otros menores que no son autistas, o su ingreso en un centro de educación especial. "Lo que perseguimos es facilitar el tránsito de los niños a la educación reglada, ayudarles para que se integren en sus propios centros educativos", apuntó Antonia Guerrero.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios