Salud y Bienestar

Fuster lidera un estudio para mejorar la prevención del riesgo cardiovascular

  • El proyecto tendrá un coste de 22 millones de euros para nueve años de trabajo

El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), el banco Santander y la Fundación Marcelino Botín ponen en marcha una investigación que servirá para mejorar la prevención e identificación precoz del riesgo cardiovascular, en la que participarán 3.000 empleados de la entidad financiera.

El convenio que desarrollará este estudio fue firmado ayer por el secretario de Estado de Investigación, Felipe Pétriz, y el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, en presencia del director general del CNIC y del proyecto, Valentín Fuster.

El proyecto, con un presupuesto de 22 millones de euros para nueve años (cofinanciado a partes iguales entre el banco y el Ministerio de Ciencia e Innovación a través del Instituto de Salud Carlos III), se dirige, en concreto, a detectar la presencia en las arterias de la enfermedad aterosclerótica en sus etapas iniciales.

Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en el mundo, siendo responsables de 1,9 millones de fallecimientos cada año tan sólo en la Unión Europea. En España, estas enfermedades determinan el 35% de todas las muertes entre los varones y el 43 por ciento entre las mujeres.

La más frecuente de todas es la aterosclerosis, que es responsable del mayor número de muertes y se caracteriza por la deposición de lípidos (grasas) y otros componentes en la pared de las arterias, obstruyéndolas y dificultando el flujo adecuado de la sangre hacia los órganos vitales como el corazón o el cerebro.

La aparición de esta enfermedad y su progresión están condicionadas por la presencia de los llamados factores de riesgo: consumo de tabaco, colesterol elevado, hipertensión, vida sedentaria, diabetes y sobrepeso y obesidad (más de 80 centímetros de cintura en la mujer y de 100 en el hombre, según Fuster).

Detectar precozmente este proceso, que comienza en edades tempranas de la vida y sigue una evolución asintomática durante décadas, es el objetivo del trabajo que se pone en marcha hoy. Para ello, se incluirán a más de 3.000 voluntarios del banco, entre 40 y 54 años y que no hayan sido diagnosticados previamente de alguna enfermedad cardiovascular, a los que, además de evaluar la presencia de los principales factores de riesgo, se les realizará diversas pruebas médicas con tecnología puntera.

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