Salud y Bienestar

Negar las emociones provoca tensión, estrés y desatino en las relaciones

  • Camuflar las sensaciones de vulnerabilidad es una pauta heredada en el varón

Para una buena salud se necesita prevenir y atenuar, en lo posible, las dolencias físicas, pero también contribuir, en la medida de lo factible, al bienestar psíquico, emocional y social de la persona.

Según Fidel Delgado, psicólogo clínico y autor del libro Saber cuidarse para poder cuidar, "las emociones son un movimiento de vida, y para el bienestar emocional hace falta reconocerlas sabiendo gestionarlas". En esta dirección, durante siglos la herencia cultural de la expresión de las emociones asociadas al género, ha juzgado como positivas en el varón aquellas que cursan con "el valor, la conquista, el esfuerzo, la disciplina o la competencia. Y ha infravalorado la gama que va desde la expresión del miedo a la ternura", dice el psicólogo. Un ejemplo ilustrativo es el niño al que le pega su compañero de juegos y dice "no me haces daño", cuando sí que se lo esta haciendo. Tradicionalmente se ha pensado la imagen de que el hombre debe ser frío e impasible, que debe rechazar sus sentimientos o al menos no mostrarlos en público; conocida idea la de que "los hombres no lloran".

"El varón puede pasar por una primera etapa de negación de una emoción que es considerada poco acorde con su rol, como por ejemplo, estar triste y llorar; y una vez que la acepta decide camuflarla para hacerla presentable en sociedad", explica el especialista. Así, la tarea de mantener controlada la energía que provoca una emoción puede dar como resultado negativo para la salud: acumulación de tensión, estrés y desatino en las relaciones personales y sociales.

La sociedad occidental basada en el individualismo y en la competencia favorece la negación de emociones que salen fuera de las leyes del mercado. Fuerza sí, vulnerabilidad no. Confianza sí, desánimo no. Frecuentemente cuando se pregunta a alguien que diga una característica propia de los seres humanos la respuesta suele ser su racionalidad, sus pensamientos, la lógica. Cierto, pero los humanos no se simplican a esto, las personas son emocionales antes que racionales. Si no, ¿por qué se puede saber cual sería la mejor manera de actuar y no hacerlo?. Las emociones pueden ser más fuertes que la lógica, e inciden en la salud.

Para comenzar a gestionar las emociones adecuadamente independientemente de la edad que se tenga y del sexo, Fidel Delgado aconseja "desaprender los viejos patrones que llevan al control negativo de las emociones y rea prender aquellos que funcionan". A más, el psicólogo destaca la responsabilidad de los adultos con la educación de los roles emocionales en los más pequeños. "Por cariño a los que están aprendiendo a vivir se debe observar y evitar que hereden los modelos que en nosotros no funciona".

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