Pacientes

Los divorciados o enviudados tienen más posibilidades de padecer alzheimer

La psicóloga Andrea Hernández Hervás con una persona mayor en la residencia.

La psicóloga Andrea Hernández Hervás con una persona mayor en la residencia.

La soledad es uno de los padecimientos más comunes entre las personas mayores. A la vejez, muchos ancianos han pedido a su pareja de vida y han visto crecer a hijos y nietos que, por circunstancias profesionales o personales, han tenido que trasladarse a otra ciudad. Estas circunstancias, entre otras tantas, impactan directamente en la salud de nuestros mayores, ya que, debido a la inactividad de sus vidas y al exceso de actividad de los que los rodean, terminan por enfrascarse en una situación de preocupante soledad.

Ese estado de aislamiento que es la soledad se encuentra muy vinculados a enfermedades como el Alzheimer, padecimiento que actualmente sufren casi 30 millones de personas en todo el mundo y que pasará a 53 millones en sólo tres décadas.

"La soledad produce un deterioro cognitivo y funcional, y este hecho hace que aumenten las probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer", declara Andrea Hernández Hervás, psicóloga sanitaria especializada en Cuidados Paliativos y Psicología de la vejez. Esta científica ha visto una tendencia en el perfil de los nuevos ingresos en las 50 residencias de Ballesol desde principios de este año, hecho del que declara que "Muchas de las nuevas estancias están relacionadas con la soledad no deseada motivada por la insatisfacción sobre la calidad o la cantidad de relaciones sociales".

Soledad y Alzheimer

Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Finlandia ha puesto de relevancia la relación intrínseca entre los retos cognitivos derivados de vivir en el seno de una relación con pareja y su efecto protector frente al deterioro cognitivo posterior en la vida. "Es posible explicar el espectacular incremento del riesgo de enfermedad de Alzheimer en los sujetos enviudados que eran portadores del  APOE-ε4", una molécula asociada a la enfermedad del Alzheimer. 

Hernández Hervás explica que existe "una asociación entre la soledad y la carga amiloide cortical" en adultos con una función cognitiva normal, y concluye que la soledad es, por tanto, un síntoma neuropsiquiátrico relevante de la enfermedad de Alzheimer. Esta experta hace especial hincapié en que "Existe un riesgo incrementado específico para las personas enviudadas o divorciadas en comparación con la gente soltera".

Tal y como lo explica la psicóloga, los cambios producidos en los entornos de las personas mayores, como ingresar en una residencia o la pérdida de visitas familiares "genera que la persona cada vez vea su arraigo social más debilitado", alteraciones que se han asociado con la aparición de la demencia y con una mayor velocidad en el acortamiento de los telómeros, estructuras con un papel fundamental en el envejecimiento y la esperanza de vida.

¿Qué hacer para paliar los efectos de la soledad?

Pese a que las rutinas labores imperen en la vida de cualquier adulto, no se debe perder de vista a los seres queridos, mucho menos a aquellos que han dado la vida por cuidarnos. De cara a los familiares, es importante que mantengan una relación continua con sus mayores: llamar continuamente, hacer visitas regulares y incluirlos en las actividades de ocio

Por otro lado, aquellas personas que se hayan jubilado o hayan enviudado, es importante que mantengan frecuentes relaciones sociales con su entorno: ya sea con familiares como con amigos. Una buena opción es seguir manteniendo relaciones con las personas del ámbito laboral. 

También es recomendable invertir el tiempo en realizar actividades reconfortantes. Por ejemplo, apuntarse a clases de algo que siempre se haya querido hacer pero que, por circunstancias laborales y familiares, no se haya tenido el suficiente tiempo. Realizarse como persona dentro de unos gustos y preferencias propias no tiene edad. 

Finalmente, es importante imponerse unos horarios. No ajustar un horario al cuerpo humano incrementa la sensación de melancolía, por lo que, sea el día que sea, es recomendable levantarse a la misma hor y tener una rutinas de comida, ocio y descanso. 

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