Embarazo

Las anomalías que provoca la ingesta de fructosa durante el embarazo

Las anomalías que provoca la ingesta de fructosa durante el embarazo

Las anomalías que provoca la ingesta de fructosa durante el embarazo / pexels

El tipo de azúcar que se consume –y no solo la cantidad ingerida– puede determinar el riesgo de padecer problemas de salud, entre algunos de ellos metabólicos y vasculares. En este sentido, la fructosa, el azúcar natural que se obtiene principalmente de la frutas y se utiliza en la elaboración de algunos productos procesados como refrescos, zumos, bollería, golosinas, etc, sigue generando debate en su consumo. Se ha de advertir que, consumida de forma natural, por ejemplo en frutas y miel, la fructosa no resulta dañina. Pero atención, cuando la ingerimos en altas cantidades se relaciona desde hace años con la aparición de enfermedades como la obesidad y la diabetes.

Así lo demuestra ahora un estudio realizado por científicos de la Universidad CEU San Pablo, que determina que la ingesta elevada de esta forma de azúcar durante la gestación provoca importantes alteraciones en la placenta y en los fetos; un factor que aumenta el riesgo de que la descendencia presente patologías metabólicas en su vida adulta.

El consumo de bebidas o alimentos ricos en fructosa ha aumentado de forma considerable en las últimas décadas, de forma paralela a la mayor incidencia de enfermedades metabólicas tales como la diabetes, la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el consumo de bebidas ricas en fructosa no está contraindicado durante la gestación.

Potencial desarrollo de diabetes y obesidad

Este artículo, que se ha publicado en la revista Nutrients, demuestra que las hijas de madres que tomaron fructosa durante el embarazo presentan una gestación anómala relacionada con el potencial desarrollo de diabetes y obesidad en el futuro. En concreto, estas anomalías se caracterizan por, por mayores niveles plasmáticos de leptina e insulina, y menos sensibilidad a estas hormonas y acumulación de grasa en hígado, en comparación con el grupo control.

El equipo de investigación analizó si el consumo materno de fructosa modifica el estado oxidativo en ratas gestantes y en sus fetos. Para ello se utilizaron tres grupos de animales. Uno de ellos bebió una solución que contenía fructosa a lo largo de toda la gestación. Y los otros dos bebieron solamente agua o bien una solución con glucosa. Los tres grupos se alimentaron por igual con comida estándar para animal de laboratorio.

Mientras que las madres que bebieron fructosa presentaron un nivel bajo de oxidación de lípidos en plasma, sus fetos mostraron unos niveles de oxidación altos tanto en el plasma como en el hígado. ''Estos datos muestran que las placentas gestantes expuestas a la fructosa presentaban estrés oxidativo y una menor cantidad de hemo oxigenasa 1 (HO-1), un potente agente antioxidante que puede prevenir la aparición de complicaciones gestacionales (como la preeclampsia), prematuridad y diversos problemas en el recién nacido'', sostienen los autores.

''Nuestro estudio pone de manifiesto cómo unos hábitos nutricionales inadecuados durante la gestación pueden tener consecuencias negativas en la progenie'', prosiguió el catedrático. El presente trabajo pretende alertar a la población en general, principalmente a las mujeres gestantes, sobre los peligros que conlleva una ingesta excesiva de bebidas edulcoradas ricas en fructosa, tanto para su salud como para la de sus hijos e incluso nietos.

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