Erupción volcánica La Palma

Estos son los peligros del dióxido de azufre para la salud

La erupción de un volcán lleva asociada la salida a la atmósfera de gases tóxicos como el dióxido de azufre.

La erupción de un volcán lleva asociada la salida a la atmósfera de gases tóxicos como el dióxido de azufre. / Efe

El nuevo volcán de La Palma lleva ya 72 horas en erupción, mientras empieza a calar entre los habitantes de la isla la certeza de que los daños serán enormes, los expertos continúan con las labores para valorar cómo están afectando los gases nocivos que expulsa a la calidad del aire.

La cámara magmática del volcán de la Cumbre contiene, según cálculos indirectos, cerca de 11 millones de metros cúbicos de material incandescente. Desde la ladera de Cumbre Vieja tan solo se pueden apreciar la lava y el humo, pero durante el período de actividad volcánica se expulsarán venenos invisibles en forma de gases tóxicos. Se calcula que diariamente continuarán liberándose entre 6.000 y 9.000 toneladas de estos gases, que afectarán al ecosistema pero también a la salud humana. Entre ellos uno potencialmente tóxico: el dióxido de azufre. ¿Qué es y cuáles son sus riesgos para la salud?

Aunque según los expertos la nube de dióxido de azufre que llegará a la Península procedente de La Palma no supondrá un riesgo para la salud, cuando este gas se encuentra en proporciones mayores, sí que supone un gran perjuicio.

¿Qué es el dióxido de azufre?

El dióxido de azufre es un gas tóxico e incoloro que, en concentraciones altas, produce un olor fuerte e irritante, además de la reducción de visibilidad. Tiene una vida media en la atmósfera estimada en días y se combina fácilmente con el agua de la atmósfera durante su proceso de oxidación, dando lugar al ácido sulfúrico, responsable de la lluvia ácida.

Se produce generalmente en la combustión de carburantes con un cierto contenido en azufre, como carbón, fuel y gasóleos, tratándose de un proceso que se da principalmente en centrales térmicas, procesos industriales, tráfico de vehículos pesados y por calefacciones de carbón y fuel, según indican desde el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.  También a partir de las salpicaduras del mar, la descomposición orgánica y las erupciones volcánicas.

Esta combustión es la que se ha producido en el volcán de La Palma de forma natural por la erupción que se ha producido recientemente y que sigue activa, aunque lo más común respecto a este gas es que se produzca debido a los procesos industriales a altas temperaturas y de generación eléctrica. 

Riesgos para la salud del SO2

Tanto la exposición a sulfatos como a los ácidos derivados del dióxido de azufre, produce un grave perjuicio sobre la biodiversidad, los suelos y los ecosistemas acuáticos y forestales, pero también comportan graves riesgos para la salud ya que éstos pasan directamente al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias. Los expertos advierten que también afectan a los ojos y al sistema digestivo.

Debemos tener en cuenta que cuando se está expuesto al dióxido de azufre, hay muchos factores que determinan si afectará adversamente. Estos factores incluyen la dosis (cantidad), la duración (por cuánto tiempo) y de la forma como entró en contacto con esta sustancia. También se debe considerar las demás sustancias químicas a las que se está expuesto, la edad, sexo, dieta, y otras características personales del estilo de vida. Lógicamente, el efecto es más grave en personas con enfermedades como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). 

Partiendo de esta base, los síntomas más comunes que se producen al entrar en contacto con este gas son:

  • Dificultad para respirar
  • Dolor de cabeza
  • Tos
  • Alteración del ritmo respiratorio
  • Ardor de la nariz y la garganta
  • Ardor en los ojos,
  •  Inflamación o infección de las vías respiratorias y destrucción de áreas del pulmón (si la exposición es más alta)

Además, según señalan desde la IVHHN ''en las zonas cercanas a los volcanes también pueden aumentar los casos de enfermedades cardiovasculares, enfermedades cerebrovasculares y patologías oculares. Además, el gran estrés que supone puede afectar a la salud mental de los vecinos.

El ejercicio también aumenta la frecuencia respiratoria, por lo que cuanto más dióxido de azufre penetra en los pulmones el efecto es mayor. En consecuencia, no es recomendable hacer ejercicio al aire libre.

En esta tabla de un estudio de Scielo sobre el impacto ambiental por efecto de emisiones de dióxido de azufre del Volcán Arenal, se pueden revisar los efectos del dióxido de azufre a diferentes concentraciones:

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