Investigación

Descargas eléctricas, un nuevo método para acabar con los atracones de comida

Descargas eléctricas, un nuevo método para acabar con los atracones de comida

Descargas eléctricas, un nuevo método para acabar con los atracones de comida

Resulta muy oportuno hablar de atracones de comida a tan solo unas semanas de la Navidad. Una época en la que las comidas se suceden una tras otra y se come mucho más de lo normal. Sin embargo, los atracones de comida no implican simplemente una época de caprichos puntuales que provocan un aumento de peso, sino que esconden un problema en el plano emocional que puede desembocar incluso en un trastorno. Atendiendo a esta razón más preocupante, investigadores han empezado a aplicar una técnica antaño polémica pero que está teniendo resultados positivos en trastornos como la depresión o el obsesivo compulsivo: las descargas eléctricas en el cerebro. En esta línea, un grupo de investigadores ha reportado los casos de dos pacientes que sufrían la compulsión de darse atracones de comida. 

Los investigadores están estudiando cómo ocurre este proceso en áreas del cerebro que se sabe que están asociadas con la recompensa y están buscando tratamientos que puedan ayudar a reducir el exceso de comida. Los implantes cerebrales y de la estimulación eléctrica han sido las dos técnicas usadas en este nuevo estudio, y sendos implantes han funcionado en el control de los impulsos que provocan los atracones. Como describen los autores en el medio especializado Nature Medicine, estos dos casos formaban parte de un ensayo clínico cuyo propósito era comprobar la seguridad del dispositivo.

Se trata, en ambos casos, de mujeres con obesidad que habían tratado varias estrategias para frenar su aumento de peso sin tener éxito. Estas intervenciones incluían algunas bastante radicales, como dietas extremas o cirugía bariátrica.

''La compulsión ha desaparecido''

Tras probar ambos implantes en un período de seguimiento, en una entrevista al medio norteamericano The New York Timesestos dos pacientes describen cómo el tratamiento "ha mejorado su vida" y cómo "la compulsión ha desaparecido". Es más, uno de los casos actualmente ya no cumple con los criterios diagnósticos para considerar que padece un trastorno de la conducta alimentaria.

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