Acorralando al cáncer

La estrategia del SNS debe conseguir mejoras en la calidad y la equidad

Se acaban de conocer los resultados del análisis de casi 3000 personas con cáncer cuyo estudio, incorporado en el proyecto Pan-Cáncer, ha permitido analizar el genoma de 38 tipos diferentes de tumores ofreciendo así una “fotografía” que facilita información muy valiosa, que permitirá conocer aspectos clave de la génesis molecular del cáncer y de su desarrollo, hasta dar la cara y tener manifestaciones clínicas.

Este es un hito más en la lucha frente al cáncer y es posible que sea un hito de los más importantes en los últimos años, ya que es en el conocimiento del genoma del cáncer donde parece encontrarse la mejor información hacia la eventual prevención y curación eficaz de esta enfermedad, pues este nuevo estudio sugiere la posibilidad de poder detectar un cáncer antes, incluso, de que aparezca.

Es verdad que, en muchas ocasiones, informaciones periodísticas sobre avances de esta naturaleza anticipan de manera más optimista de lo necesario las potenciales ventajas de los nuevos datos que unos u otros estudios aportan para la curación o mejor atención, en determinadas enfermedades. En ese sentido es habitual que se generen expectativas que, si luego no se cumplen, dan lugar a frustraciones tanto en el colectivo de investigadores y clínicos, como entre los pacientes. Pero no es menos cierto que estamos asistiendo a avances paulatinos en relación al cáncer, que están generando un mejor conocimiento que a su vez se traduce en mejoras paulatinas en el abordaje preventivo y terapéutico; todo ello contribuye a que, en la actualidad, la supervivencia del cáncer sea cada vez mayor, lo cual genera cierto optimismo cara al objetivo ideal de prevenir y curar el cáncer en un futuro.

En España necesitamos adecuar casi continuamente la respuesta institucional frente al cáncer para asegurar una continua mejora de la calidad y de la equidad. Se dispone de una Estrategia de Cáncer del Sistema Nacional de Salud que debe actualizarse para valorar cómo conseguir mejoras en esos dos ámbitos señalados: la calidad y la equidad.

Esta Estrategia, al igual que otras frente a otras patologías, tiene que aprovechar las mejores prácticas que dispone y aplica nuestra sanidad, al tiempo que debe reforzar el papel y la participación de la sociedad y de los pacientes; esto es así porque ello permite tener en cuenta uno de los puntos de vista más relevantes en cualquier servicio de salud moderno: la visión del paciente.

Para acorralar al cáncer resulta imprescindible remar todos en la misma dirección. Los proyectos de investigación como el que comentamos en esta columna y, sobre todo y en especial los relativos al avance de la genómica, deben tener una prioridad en nuestro sistema; ello requiere el impulso de la Estrategia de genómica y medicina de precisión que recomendó el Senado en febrero de 2019. Sumando a ello el trabajo colaborativo con la industria, las organizaciones profesionales y de pacientes así como de todas las Comunidades Autónomas, podremos avanzar de manera eficaz frente al cáncer.

Por todo esto, hay que abogar por el diálogo, la búsqueda de consensos y el trabajo conjunto desde el liderazgo del Ministerio de Sanidad. Así acorralaremos al cáncer entre todos.

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