Las tendencias de consumo están cambiando. Cada vez son más los refrescos con características funcionales o saludables que ven la luz en el mercado, además, recientemente se ha registrado un descenso de la ingesta de bebidas de elevada o moderada graduación alcohólica y un crecimiento de aquéllas de graduación baja.

Aprovechando esta coyuntura, y con vistas a impulsar el sector de la producción de cítricos, el grupo de investigación de Soledad Fernández, perteneciente al Área de Nutrición y Bromatología de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, se ha unido con la empresa Grupo Hespérides Biotech para desarrollar un Proyecto de Excelencia basado en la producción de una bebida de naranja con un toque de alcohol (1-2º).

Esta compañía se encargará de elaborar el “refresco” (denominado así porque está pensado para servirse frío) “de sabor dulce pero con matices amargos”, explica la investigadora.

El equipo de Fernández centrará su atención en la evaluación de sus valores nutricionales y características saludables. Entre ellas está la disminución del riesgo de padecer enfermedades coronarias, que numerosos estudios han asociado a bebidas con un porcentaje mínimo de alcohol. Asimismo, contiene flavonoides, al igual que el vino, y otros antioxidantes como carotenoides y vitamina C, a diferencia de él.

La evaluación de los efectos beneficiosos de este refresco, primero en animales y posteriormente en humanos, será la fase final de este estudio. A ésta le precederán el proceso de fermentación y el de elaboración de la bebida. Para ello, están en conversaciones con varias empresas transformadoras de cítricos y otras del sector vinícola. Soledad Fernández estima que, en dos años, tanto los jóvenes como los mayores que consideran que el ocio y la salud pueden ir cogidos de la mano, podrán disfrutar de esta nueva bebida.