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San Fernando

El IES Las Salinas supera los límites de ruido y desata quejas vecinales

  • El Ayuntamiento ordena la paralización de turbinas y sistemas de extracción de los módulos de carpintería metálica y madera a raíz de la denuncia de una vecina de la avenida Al Ándalus

El IES Las Salinas supera los límites de ruido y desata quejas vecinales

Los niveles de ruido ocasionados por las turbinas y sistemas de extracción de los módulos formativos y cursos de la Junta de Andalucía que se imparten en el IES Las Salinas -entre ellos, los de soldadura con los que desde el cierre del CTI de Fadricas se intenta dar respuesta a las necesidades del sector naval- superan con creces los límites legales permitidos. Tanto que desde el Ayuntamiento, a raíz de la denuncia de una vecina de la avenida Al Ándalus -Stacey Mures Torrejón- no se ha tenido más remedio que dar traslado a la Consejería de Educación, titular de las instalaciones, de una resolución en la que se ordena que se paralice su funcionamiento hasta que se adopten las medidas de aislamiento acústico necesario y se compruebe, con unas nuevas mediciones, que los niveles de ruido se encuentran dentro de los parámetros permitidos. Este decreto tiene fecha del pasado día 18 y su aplicación -que en teoría debería ponerse en práctica en cuestión de días- afectaría de lleno a parte de la actividad formativa que se desarrolla en el centro, que tendría que pararse mientras se llevan a cabo las medidas correctoras necesarias.

Los ruidos, explican la vecina afectada y su abogado, Borja Grandal Villar, comenzaron en 2016. "Yo he vivido aquí siempre, frente al instituto, y hasta entonces no se escuchaba absolutamente nada", dice Stacey Mures. A partir de esa fecha se inician unas molestias casi continuas para los vecinos de la avenida Al Ándalus a causa del ruido producido por tres turbinas de extracción de aire que dan a esta calle y que llegan incluso a afectar a las viviendas que se encuentran frente al centro.

Se trata, concretamente, de una turbina de aspiración de soldadura que está situada en el módulo de carpintería metálica, una turbina de aspiración y recogida de serrín que se sitúa en el módulo de carpintería de madera y del sistema de extracción de aire de la cabina de pintura que está situada en el módulo de carpintería de madera.

Para Stacey Mures, que vive en uno de los bloques más afectados, el ruido -a menudo constante- fue algo más que un fastidio difícil de sobrellevar. Sus migrañas se agravaron, tuvo crisis de ansiedad, se vio obligada a dejar las oposiciones que se estaba preparando al no poder estudiar... Así que, con el apoyo y las firmas de una quincena de vecinos, denunció los ruidos ante el Ayuntamiento.

Fue entonces -explica su abogado- cuando para su sorpresa se encontraron con que estos aparatos que la Junta había instalado en el IES Las Salinas no tenían nada: ni calificación ambiental, ni licencias, ni expedientes... No había absolutamente nada en Urbanismo. "Y se trata de instalaciones industriales situadas en una zona residencial, que afectan a viviendas colindantes y a sus residentes", apunta Grandal.

Los ruidos son diarios, dice Mures. A veces constantes y otras a intervalos. Hay ocasiones que comienzan a las ocho de la mañana y hasta las siete de la tarde puede que estén las turbinas funcionando. "Hay momomentos en los que funcionan las tres a las vez, es cuando más se nota", advierte. "Y como también en el centro se hacen cursos de soldadura de la Junta no solo se limita al horario académico. Hemos tenido que soportarlo incluso en pleno verano", apunta.

Stacey tardó cerca de un año en conseguir que se hicieran las mediciones acústicas. El Ayuntamiento, al no disponer de recursos, derivó el tema hacia la Diputación Provincial de Cádiz y ésta, a su vez, hacia la misma Junta de Andalucía, que es la titular de las instalaciones cuestionadas. Los trámites -lamenta Mures- fueron excesiva y sospechosamente lentos, el expediente "se perdió" en el camino y tuvo incluso que rescatarse ante su insistencia.

Finalmente, las mediciones se llevaron a cabo el pasado 25 de enero por parte de la unidad móvil de medida de la contaminación acústica de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía. Y el resultado, que se conoció en febrero y que se le notitifó en marzo, puso de manifiesto que los ruidos excedían los límites establecidos al situarse en el intervalo de 66,6 y 71,4 decibelios. El límite para las zonas residenciales es de 60, pero incluso para zonas en las que existen instalaciones sanitarias o educativas, como es el caso, es todavía más bajo: no más de 55 decibelios.

Así que el resultado del informe de ensayo fue "desfavorable, según los términos establecidos en la legislación aplicable". Y desde el Ayuntamiento, a través del área de Desarrollo Urbano y tras recabar un informe jurídico emitido el pasado 20 de marzo, se ha dado traslado a la Delegación Territorial de Educación de un decreto en el que "se ordena la paralización de las dos turbinas y del sistema y de extracción de aire de la cabina de pintura del IES Las Salinas por superarse los niveles acústicos establecidos en el Decreto 6/2006 en un nivel superior a seis decibelios".

Dicha resolución concreta además que "se deberán adoptar, para la puesta en funcionamiento de dichas instalaciones, las medidas correctoras tendentes a eliminar la afección acústica y aportar la medición acústica que lo corrobore".

Evidentemente, la aplicación de esta medida, que puede ser recurrida, afecta de lleno a la formación que se imparte en el IES Las Salinas, lo que abre ahora un incierto panorama en este centro de formación de cara a los próximos meses.

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