lanzada

Carmelitana devoción a un magnífico crucificado

  • La cofradía de la Sagrada Lanzada volvió a deslumbrar a todo el Jerez cofrade en la tarde noche del Jueves Santo

Impresionante imagen del misterio de La Lanzada recorriendo las estrecheces de la calle Carmen.

Impresionante imagen del misterio de La Lanzada recorriendo las estrecheces de la calle Carmen. / vanesa lobo

La hermandad de la Lanzada volvió a deleitar a todo el Jerez cofrade cuando llegó la tarde del Jueves Santo. Su grandioso paso de misterio y el misterio que representa refleja, fielmente, una de las grandes estampas de la Semana Santa jerezana. Cofradía de centro, de marrón carmelitano y de regusto cofradiero, su día no podría ser otro que el de la jornada del Jueves Santo.

Cuando pasaban veinte minutos de la siete de la tarde, la cofradía se abría paso por la pequeña 'placita' que antecede a la fachada principal para tomar su calle Carmen, avanzando hasta la zona de Tornería para ir encarando la Carrera Oficial.

La banda de música volvió a interpretar esa joya de marcha que es 'Cristo de la Lanzada'

Por su parte, el paso de misterio, un año más, desafió las reglas de la geometría. Parecía inverosímil que un misterio tan portentoso -en sus dimensiones y en lo que representa- pudiera atravesar la puerta principal de la basílica. Pero se obró el milagro y el canasto tomó la empinada rampa que es un clásico en la salida y entrada de la cofradía.

El acompañamiento musical estuvo protagonizado por segundo año consecutivo por la Banda de Nuestra Señora del Carmen de Prado del Rey, que volvió a interpretar esa joya musical de Márquez Galindo a su salida del templo. Posteriormente, se interpretó otra bonita marcha, firmada por un hermano de la cofradía, y que lleva por título 'Reina Dolorosa', de Raúl Baptista.

El cortejo de hermanos, nutrido de ciento sesenta cofrades que tienen el privilegio de vestir esta preciosa túnica, fue avanzando silente. Como de puntillas por entre las calles jerezanas. Humilde y grandiosa a un mismo tiempo. Acompañaba al cortejo esa bonita vinculación que la hermandad va tomando con las religiosas del colegio de las Josefinas. Cumplimentaban esta relación con la bandera de las asociación de fieles San José, aparte de la bandera del colegio de la avenida de los Marianistas que también quiso estar presente el día grande la hermandad carmelitana.

Exorno floral

El canasto iba exornado con dos mil tallos de claveles rojos, llevando a cabo el canon clásico de las cofradías. Como no puede ser de otra manera en una cofradía tan clásica.

Al cierre de esta edición, la hermandad volvía tras su recorrido a la Basílica del Carmen recortada en una imagen de penitencia y regusto. Debería subir por Carpintería Baja para llegar, un año más, a su iglesia conventual. Había caído ya la noche del Jueves Santo y la liturgia nos enfrentaba al momento en el Cristo ha muerto y un soldado se asegura con una lanzada que sirve de conversión del militar romano.

Un misterio de Jueves Santo que nos traslada a la celebración de la muerte del Señor. Un gran testimonio de estos cofrades que motivan el culto de este magnífico crucificado de Diego Roldán.

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