Sobre las diez de la mañana de este domingo, salía la procesión del Corpus de Minerva tal y como marca la tradición. Bajo palio y sujeto por el cuerpo de diáconos, el Santísimo Sacramento del Altar estuvo presente un año más por la feligresía de la parroquia de San Miguel.

Poco a poco va llegando la normalidad a la sociedad en general y esta circunstancia se va notando afortunadamente en el ámbito de las cofradías. Jesús Sacramentado pudo visitar a los vecinos más cercanos del popular barrio jerezano como viene haciendo desde hace siglos.

Enhorabuena la hermandad del Santo Crucifijo por la excelente organización de la procesión que estuvo hasta precedida por alfombras decoradas para el paso del Santísimo Sacramento.