LA jornada vino marcada por el tremendo chaparrón de las 16,30 horas. El miedo se metió en el cuerpo de los cofrades. Las cofradías decidieron salir con 45 minutos de retraso. Todo era cuestión de cerciorarse de que era seguro (más bien 'seco') salir. La Coronación aguantó lo que pudo en su pequeña capilla. Un cortejo entero en semejantes dimensiones era agobiante. A la media hora se hizo a calle y dijo que iría despacito para dar tiempo a las demás. Y así fue. No llovió, pero el viento agravó la sensación de frío. Aguantar en el palco, y se lo digo desde la propia experiencia, fue casi heroico. Lo que vimos me gustó. Los Cortejos son más o menos grandes pero van perfectamente ordenados. Ahí hemos ganado en los últimos años. La música rayó desde niveles aceptables a muy buenos y los exornos florales se alejaron de cualquier tipo de estridencia. Los pasos anduvieron de maravilla lo que demuestra que los 'andares' han dejado de ser un problema gracias a Dios. El público jerezano llenó las calles. Hay ganas de cofradías y esperemos que el tiempo nos acompañe. Ya hay quienes dicen que el Miércoles Santo corre serio riesgo. Sería una desgracia como la de ayer en Sevilla.

Por cierto, bien entrada la noche se fue el viento y aplacó el frío. Y la verdad es que se agradeció.