El Transporte

Ofrenda cofrade de la Merced a Jerez

  • La nueva junta de gobierno apostó por una túnica lisa para el Señor del Consuelo

Los aledaños de la Basílica de La Merced son un hervidero cuando pasan pocos minutos de las cinco de la tarde. La expectación se palpa en el ambiente cuando se abren las puertas de la Basílica y aparece en el dintel la Cruz de Guía de la Hermandad del Transporte, murmullos de emoción se elevan a medida que el cortejo nazareno va formándose en la calle y abandonando lentamente el templo.

A los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de la Fundación Zoilo Ruiz Mateos y bajo la magistral dirección de Alejandro Barbadilla, poco a poco va viendo la luz de esta tarde luminosa del Domingo de Ramos el paso de Nuestro Padre Jesús del Consuelo en el Desprecio de Herodes. La cuadrilla de 50 costaleros mecen con suave amor a este soberbio y barroco paso de misterio durante el desfile procesional, mientras miles de personas premian su esfuerzo en las angosturas del barrio de Santiago, en Carrera Oficial o en la recogida, donde su barrio se vuelca con la Hermandad. Tras la salida de Nuestro Padre Jesús del Consuelo, es Madre de Dios de la Misericordia, que estrena los bordados exteriores de las caídas laterales de su paso de palio, quien despierta admiración, plegarias encerradas en piropos a su belleza, que resalta sobre un exorno de rosas y orquídeas.

Es la Banda de Música de la Fundación roteña la que la se encarga de poner la nota musical a este afán costalero que se derrocha por Merced y Nueva, en la salida y la recogida, y es la sabiduría de José Manuel Muñoz la que dirige con maestría la cuadrilla de costaleros de la Misericordia. A medida que avanza la tarde y la Hermandad cumple con rigor su entrada en Carrera Oficial y encara con sobriedad y majestuosidad su vuelta al templo mercedario, hay un corazón que va a acompasando su latir, el de Fernando Virués de Segovia, que se estrena este año como hermano mayor del Transporte.

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