La Flagelación

Reafirmación de fe amargurista

  • Cuatro centenares de hermanos salieron del templo de Los Descalzos

Los ecos de celebración suenan todavía en la iglesia de Los Descalzos. Aún mantenemos frescos en nuestra retina los maravillosos momentos que tuvimos la oportunidad de vivir con la procesión extraordinaria del Señor de la Flagelación al cumplirse los 250 años de su hechura, obra de Jacome Baccaro, el imaginero genovés más importante del siglo XVIII que dejó parte de su legado en el primer templo de la ciudad. La procesión de traslado a la Catedral la hizo en el paso del Cristo de la Expiración lo que motivó que a la hermandad, con sede en Los Descalzos, tuviese el detalle de entregar a la del Viernes Santo, en señal de agradecimiento por la gran ayuda que les prestó para la ocasión, la Medalla de Oro de su Corporación, que impusieron a la Virgen del Valle. La imagen del Señor, despierta cada Miércoles Santo compasión, devoción y fervor por las calles de Jerez, siendo especialmente esperada su llegada por las calles Medina, Naranjas y Bizcocheros. Los nervios están a flor de piel, lógicos por los duros meses de preparativos que conlleva una salida procesional y que se incrementan cuando se estrena una nueva junta de gobierno, como ocurre este año con la que preside Daniel Barba. La Cruz de Guía traspasa el dintel de la puerta y un río de nazarenos de admirable seriedad, hasta completar los casi 400 que componen el cortejo, empiezan a desfilar buscando los deseos de la calle Medina. Asoma el canasto de José Ovando y la Banda de Música Julián Cerdán empieza a apuntar la marcha Nuestro Padre Jesús. La cuadrilla de Paco Yesa mece con cuidado al Señor atado a la columna para que no se mueva ni uno solo de sus rojos claveles. Tras cruzar el patio suena la marcha real y es la Banda de Cornetas y Tambores Rosario de Arriate, de Málaga, la que toma el relevo y acompaña al paso de misterio, interpretando en reiteradas ocasiones la 'Rey Flagelado', composición con el inigualable sello del maestro Paco Cepero, estrenada este año. Digno de reseñar es que la hermandad, que conserva el más puro estilo clasicista cofrade, cuenta con la presencia de hasta un centenar de niños tras el Simpecado. Desde el interior del templo, huele a rosas y alhelíes, anunciando que le toca el turno a La Amargura. Los sones de la marcha Estrella Sublime anuncian las bambalinas turquesas y la proximidad del rostro de la Madre que nos mira con ternura.

Emotivo como siempre fue el paso por Naranjas y Rotonda, donde la Virgen recibió cantes clásicos y las saetas que desde Diario de Jerez le envió Ángel Vargas.

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