La Amargura

Segunda vez en casa en 30 años

  • Fue en 2005 cuando la cofradía suspendió su salida a causa de la lluvia y ayer "mandó de nuevo Ella"

La cosa no pintaba nada bien desde por la mañana. Mientras Los Descalzos estaba lleno, en la calle llovía y era la forma más explícita de concluir con que "La Amargura no quiere salir hoy", se decían ayer desde por la mañana con resignación entre los corrillos de hermanos que con pesar miraban y remiraban el oscuro y nada amable cielo de este Miércoles Santo. Fue la segunda vez que la hermandad se quedó en casa en treinta años de historia procesional continuada -la última en 2005-. La decisión fue rápida porque los pronósticos no daban la más mínima tregua a la posibilidad de que despejara. Así las cosas, la junta de gobierno lo tuvo fácil a la hora de tomar la decisión y lo hizo con serenidad. Al final todo se tornó en recogimiento y oración. La brillantez del Miércoles Santo de bullicios, sonidos, aromas y de compases quedaron para otro año. Un año en el que se tendrán que recuperar de la memoria las revirás costaleras que sólo saben hacer por la Amargura, la euforia de Naranjas o las Amarguras en Las Angustias. Fue un día triste, muy triste para propios y los muchos ajenos que visitaron los Descalzos y se toparon con la Señora en su ascua de luz, plata y perfumes de alhelíes.

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