Diario de Pasión

Vísperas de aspiraciones

  • La Paz y Humildad y Paciencia escriben un magnífico prólogo al Sábado de Pasión

Pese a que el día amaneció con cierta nubosidad, la tarde despejó cualquier duda o temor a lo que pudiera venir del Golfo. No vino nada que no fueran unas temperaturas más que agradables para un Sábado de Pasión que bien se podría resumir como de aspiraciones cofrades por el futuro, ya sea como hermandad, o con una sede canónica fija o abandonando este día para integrarse en la Semana Santa. Estos tres propósitos resumen perfectamente los deseos encontrados en esta jornada de vísperas en la que se hacen muchos méritos sobre todo por parte de las agrupaciones.

Méritos demostrados

El caso de la hermandad de La Paz es un claro ejemplo de que aspirar a estar en la Semana Santa para esta corporación no es más que un mero trámite administrativo, por decirlo de alguna manera, porque por lo demás está casi todo demostrado: tiene gente, tiene barrio, hay mucha hermandad y pese a su juventud, sabe estar en la calle. Con estos activos es evidente que este debería ser el último año en el que se ve a la hermandad de la parroquia de Fátima en el Sábado de Pasión para engrosar la nómina de hermandades del Lunes Santo, aunque, según dicen, la quieren encajar en otro día. Ayer se puso bien de manifiesto que salir en las vísperas del Domingo de Ramos está de sobra para esta corporación, algo que pudieron ver Muñoz Natera y algunos de sus consejeros que estuvieron en la salida. De ellos depende. Las evidencias pueden más y son más explícitas que las supuestas normas que estén o no establecidas en papel o en la lógica. La Paz se rodeó ayer de La Constancia, es una hermandad de barrio en toda su pureza y el transcurrir por las calles fue sencillamente ejemplar con cerca de 200 nazarenos “y serían muchos más si no estuviéramos en el Sábado de Pasión”, se lamentaba ayer un hermano que está como loco por pisar la Catedral vestido de carmesí y blanco. La salida, casi perfecta si no fuera por la lentitud. El himno a la Cruz de Guía, donde va el Lignum Crucis, un detalle muy personal de esta hermandad. La banda muy bien cuando tocaba las marchas clásicas porque las nuevas se parecen a muchas cosas menos a lo que tiene que ser, con una suerte de cambios, percusiones y otras ‘genialidades’ que desvirtúan la esencia de la marcha procesional. En pocas palabras, en esto está casi todo inventado.

Mucho por hacer

A quien sí le queda mucho por recorrer es a la gente de Humildad y Paciencia, pese a que son veteranos en esto de las cofradías. El simple hecho de no tener una sede fija es un grave problema que condiciona el futuro de la hermandad. Pese a todo, ayer dio un paso importante poniendo en las calles a sus hermanos con la túnica de la corporación. Es un gesto que habla claramente que las adversidades no van a poder con esta cofradía que ayer se reivindicó de forma contundente con su estilo de negro y de silencio. De corte clásico y sin estridencias. Salió casi de noche para estar más en consonancia con su espíritu y más aún con el severo paso que fue decorado con un monte de césped y un friso de calas que le dio un aire muy austero y elegante. Aún le quedarán algunos Sábados de Pasión por delante y esperemos que sean en perfecta armonía con un futuro estable que por ahora ha encontrado un hueco en la ‘ocupada’ Catedral.

Dando pasos

Las Agrupaciones fueron ayer una evidente demostración de que intentan hacer las cosas bien, con más o menos implantación en su entorno, pero con suficientes conocimientos como para seguir dando pasos y, además de ser una importante ayuda a los párrocos, convertirse en hermandades.

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