La longeva historia de la Hermandad de la Vera Cruz, que pasa por ser la primera cofradía de la ciudad que nació para procesionar en Semana Santa, señala en este año 2017 una singular efemérides: 475 años de su fundación. Este hecho lleva aparejado una serie de signos que en la procesión de ayer se pudieron ver, el más explícito el paso de la Santa Cruz, el tercero de la cofradía. Un paso singular ya que en él sólo figura una cruz de la que cuelgan los atributos de la Pasión de Cristo, iluminado por cuatro faroles y dos ángeles señalando la reliquia del Lignum Crucis que ayer sacó la hermandad. No era la suya, lo fue antaño pero ahora se encuentra en el tesoro de la iglesia de San Miguel. La parroquia la ha cedido a la hermandad para que presida todos los actos de la conmemoración.

Ser la más antigua de Jerez obliga a la corporación que reside en San Juan de los Caballeros a adquirir un estilo acorde con ese privilegio. Y así es hoy en día. El cortejo lo abrió una preciosa cruz con manga acompañada de ciriales portados por acólitos. Detrás fue el cortejo de la Santa Cruz, que llevó música de ministriles y como señala la liturgia para estas reliquias de suma importancia, un exclusivo palio de respeto que también fue estreno junto al estandarte de la Santa Cruz. El segundo paso, el del Cristo de la Esperanza, dejó muestras de admiración por su elegancia y sobre todo por el crucificado que pasa por ser uno de los más valiosos de la Semana Santa.

Casi medio millar de nazarenos formaron parte del cortejo de la cofradía

También los ministriles pusieron su peculiar música al caminar del paso, adornado exclusivamente por helechos en el monte donde se representa la Conversión del Buen Ladrón. Cerrando el cortejo fue el paso de palio de Nuestra Señora de las Lágrimas, un precioso conjunto el que ha conseguido la hermandad conforme a la idea de un palio denominado de cajón que no deja de ser sumamente elegante. Este año se estrenaron cuatro faroles que vienen a completar el juego que poseía la hermandad y que adquirió a la Hermandad de las Penas de Sevilla. Así, las cuatro jarras destinadas a flores, como en los últimos años, llevó unas piñas cónicas formadas por flor de cera.

La Vera Cruz pone su sello en cada etapa del Jueves Santo ya sea en los previos como en la propia salida procesional. Ya es costumbre oír en la Asociación Astigitana, la banda que va tras el palio de Las Lágrimas, un repertorio musical muy escogido. El cortejo volvió a ser muy participado con alrededor de 500 nazarenos y con representaciones de la Orden Marianista de la ciudad, que viene a expresar la etapa contemporánea que vio resurgir a una hermandad que lleva con orgullo 475 años de profunda historia cofrade y de una hermosa historia devocional de Jerez.