Fue una función principal de instituto muy especial para la gente del Soberano Poder. Sólo la presencia del arzobispo bastaba para que ayer los cofrades de La Granja se sintieran especialmente privilegiados con su presencia ya que, con la misa de ayer y la próxima función de La Viga, Del Río ha cerrado su agenda para esta Cuaresma dadas sus obligaciones en Madrid y en su nuevo cargo. De lo que no cabe duda es que éstas están siendo sus últimas apariciones antes de que se produzca el relevo episcopal en la ciudad, algo que cada vez está más cerca. Del Río recibió ayer el homenaje de una hermandad a la que recondujo y la situó en su localización actual. El soberano Poder es una cofradía especial para el prelado y así se constató ayer no sólo con su presencia en la función de la hermandad sino también con el ambiente que se respiró antes, durante y después del acto de culto. Lo que no esperaba el arzobispo es que se llevaría de esta corporación el título de hermano mayor honorario, distinción que recibió con cierto grado de sorpresa y con evidente emoción.

Por otra parte, el prelado también fue protagonista de otro acto cofrade. Convocado por la Unión de Hermandades, monseñor Del Río entregó a las Hijas de la Caridad, que gestionan el Comedor del Salvador, un cheque de 12.000 euros de parte del organismo cofrade en nombre de las hermandades como fruto de una iniciativa de la pasada Navidad por la que el Consejo procedió a sortear el misterio del nacimiento napolitano instalado en su sede.

Las religiosas Sor María Dolores Ruiz y Sor María Victoria Virués fueron las encargadas de recibir el dinero que destinarán al mantenimiento de un comedor que da alrededor de medio millar de comidas al día. El arzobispo recordó que "cuando la caridad no estaba de moda ya existían las Hijas de la Caridad ". También agradeció la generosidad de los jerezanos así como los esfuerzos de los cofrades en general en la atención de los más desfavorecidos.