La Estrella

Los contrastes de la Semana Santa

  • La hermandad de la Triunfal Entrada en Jerusalén puso luto en su cruz de guía por la tragedia de San Telmo

La alegría, la candidez, la ternura y la esperanza se han hecho esta tarde otra vez patentes en la Semana Santa jerezana. Cuando la magnífica Cruz de Guía de la Hermandad de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén ha hecho su entrada en la Carrera Oficial, los jerezanos hemos presentido que de nuevo íbamos a vivir una esplendorosa Semana de Pasión en nuestras calles. Una cruz de guía que llevó luto por la tragedia de San Telmo, detalle que contrasta con el alegre bullir de la chiquillería que acompaña, palmas en sus manitas de terciopelo, el cortejo de la popular Borriquita. Esto nos ha hecho estremecer pensando que tan sólo unos minutos, unas horas, unos días después asistiríamos impotentes al calvario de Jesucristo en la Cruz. La belleza serena de la Estrella se tornaría en lágrimas y pesar en las imágenes de las Dolorosas que acompañan a su Hijo caído. A las cinco y media se iniciaba el cortejo de la primera Hermandad en pisar la Carrera Oficial en este Domingo de Ramos desde su capilla de la Escuela de San José. Cientos de personas se arremolinaban expectantes en la plaza de Rafael Rivero para ver el discurrir de la cofradía lasaliana. Con entusiasmo contenido, devotos y fieles recibían al paso de Misterio, bellamente exornado con claveles rojos. Bajo los sones de la Banda de cornetas y tambores Cristo de la Caridad, que cada año se hace más grande en nuestra Semana Mayor, los cuarenta costaleros dirigidos por Florián Utrera, mecen y acompasan el paso para iniciar su recorrido por Carrera Oficial. El brillante cielo azul es testigo del buenhacer de los costaleros de Cristo Rey.

Tras el paso del Misterio, todas las miradas se concentran expectantes en Nuestra Señora de la Estrella que luce, como estreno en esta Semana Santa 2008, la saya bordada en color burdeos y los bordados de la parte frontal del manto, regalo del que fuera hermano mayor de la cofradía, Miguel Monge. Estos bordados, con tamaño de salida, ya se pudieron contemplar en el besamanos de la Virgen y los hermanos han querido que en esta ocasión se lucieran en la estación penitencial. La Junta de Gobierno de la Hermandad espera poder terminar de bordar el manto completo. La Banda Municipal Enrique Montero de Chiclana, que pone de manfiesto el por qué es de las mejores, es la encargada de acompañar el palio, cuya cuadrilla de costaleros, dirigida por primera vez por Manuel Serrano, la mece bajo los naranjos y el olor a azahar de la plaza Rafael Rivero, la calle Porvera o Sevilla para iniciar con todo su esplendor la entrada en Carrera Oficial. El cortejo de la Hermandad nos depara memorables estampas y momentos cofrades en la vuelta a su templo por la plaza Plateros y la angostura de la calle Tornería, donde los devotos se agolpan para acompañar el aliento de los últimos esfuerzos de las cuadrillas de costaleros. Es en torno a las once y media, cuando ya hace varias horas que se ha puesto el sol y el frío invade la noche del Domingo de Ramos, cuando la Borriquita hace su entrada, fervorosamente arropada, en la capilla de la Escuela Lasaliana.

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