Cofradías

La oscuridad del Real eclipsa la economía de las cofradías

  • Más de un cincuenta por ciento de los ingresos presupuestados ‘se evaporan’ de las arcas de las hermandades tras la suspensión de la Feria del Caballo

La caseta de la Candelaria es todo un clásico en la Feria de Jerez.

La caseta de la Candelaria es todo un clásico en la Feria de Jerez.

La historia de las cofradías y la Feria se ha mantenido siempre en una relación de ‘amor y odio’. Por un lado, a nadie se le escapa que la fuente de ingresos por una caseta montada en el González Hontoria supone unos ‘dineros’ muy importantes para muchas corporaciones. Sin embargo, trabajar las ferias, era una disciplina que muchas hermandades estaban olvidando. El alquiler del módulo a un casetero es más rentable que montar toda una logística de organización e implicación de hermanos para trabajar los duros y largos días de fiesta. Finalmente, han quedado muchas hermandades que tiene la cuenta de feria como un ingreso más mientras que para otras las trabajan para sacarles hasta diez veces más de rentabilidad que los que prefieren contar con un alquiler a un hostelero. Por un lado es necesario el refuerzo para la económica pero por otro es un compromiso que somete al trabajo duro en días en los que el resto están de fiesta.

Soberano Poder

La hermandad del Soberano Poder, después de un parón de tres años sin trabajarla directamente, decidió el pasado año volver a tomar las riendas de la caseta. Para Inmaculada Vadillo, hermana mayor de la corporación “tanto económicamente como en el ambiente que se crea y los lazos de fraternidad que forja la experiencia de la caseta son muy importantes”.

La hermandad tenía previsto destinar todos los beneficios de la Feria a la casa de hermandad que se pretende edificar en un solar en La Granja que ya ha sido adjudicado a través de una permuta del Obispado con el Ayuntamiento.

“Nos veremos afectados con este importante proyecto que íbamos a iniciar. Afortunadamente, el crédito aún no estaba firmado. Todo se ralentizará ahora y habrá que esperar futuros meses a ver si volvemos a la normalidad”, apunta Vadillo.

Para el Soberano Poder, los ingresos de la caseta es un alto porcentaje de los ingresos que sostiene a la cofradía. “La inyección de la Feria no tiene comparación con otros tipos de ingresos como pueden ser el pago de cuotas de los hermanos”, afirma la hermana mayor.

La nueva línea de ingresos pasará por montar una verbena en septiembre con motivo de la festividad de la Merced o a organizar festivales flamencos. “En cualquier caso, hay que seguir esperando porque tampoco sabemos cuándo va a ser posible poder ofrecer este tipo de eventos”, añade Inmaculada Vadillo.

La Exaltación

Otra hermandad cuyo paso de misterio se dice que huele a pimiento frito y a tortilla de feria es la Exaltación. La hermandad de Las Viñas estaba inmersa en el proyecto del nuevo paso de palio para la Concepción Coronada. “No contar con la Feria supone un retroceso en este proyecto. Es un contratiempo importante al igual que lo pueden ser las zambombas, que esperemos que no se suspendan”, sostiene Manuel Jesús Tristán, hermano mayor de la Exaltación. “Muchos hermanos están cumpliendo con una aportación mensual —agrega Tristán— pero la Feria es un empujón que necesitábamos para estrenar, como teníamos previsto, la nueva parihuela, el techo de palio, las bambalinas, toda la cordonería y la modificación de los respiraderos”. La Viñas iba a acoger este año un módulo más para la feria porque se quedaban pequeños los dos que la hermandad mantenía. “La Feria, para la hermandad de las Viñas, es una donación del trabajo realizado de los hermanos. Una aportación que se hace a través del esfuerzo. Así se hizo el palio que la Santísima Virgen tiene actualmente y así lo hemos concebido en la junta para este gran proyecto”, manifestaba el hermano mayor.

El Perdón

Otra de las hermandades que tiene un importante incremento de sus ingresos depositados en el González Hontoria es la hermandad del Perdón. Eva Castañeda, hermana mayor de la corporación, afirma que “la tesorería depende en gran parte de estos ingresos que son muy importantes”. Sin embargo, pensar en suplir estos ingresos con otras actividades es “todavía prematuro. Lo importante ahora es saber cómo van a evolucionar los acontecimientos. Es un tiempo de incertidumbre. Pero cuando veamos la situación en un futuro próximo, tendremos que reinventarnos para poder subsanar estos importantes ingresos”.

La Misión Redentora, la Candelaria o este año la Salud de San Rafael, son también hermandades que trabajan sus hermanos. Una gran inyección de ingresos que suponía en algunas corporaciones más de la mitad de la cuenta total. Ahora habrá que tomar otro rumbo. Manuel Jesús Tristán da en la tecla cuando concluye sentenciando que “las hermandades siempre hemos necesitado un mostrador para sacar adelante nuestros proyectos. Con esto del coronavirus, los mostradores no están permitidos. Así que el panorama es más complicado de lo que parece”.

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