La Coronación

Entre lirios morados ocho años después

  • Los cincuenta años de la marcha Coronación de Espinas de Davia fue otro signo diferenciador ayer para la hermandad

La estética de la hermandad de La Coronación nos ofreció ayer un giro en su misterio que sólo se ha podido ver cuando la procesión magna de 2000 y nunca en Semana Santa, lirios morados para el Señor. Por lo demás, las cosas en la calle para esta hermandad sigue invariable con el paso de los años, lo cual es un dato sumamente positivo para una cofradía que es casi perfecta en todos sus aspectos: pasos, cortejo, música y ambiente. La tarde de ayer en la calle Arcos sabía plenamente a Semana Santa y sobre todo a Domingo de Ramos. Entre naranjos cuajados de azahares, los que flanquean la puertas de salida de los Desamparados, puntual la cruz de guía fue encabezando el amplio cortejo con la novedad de que este año la Agrupación de Pasión, que tanto ha dado de sí en tan pocos meses de existencia, fue abriendo marcha. Tras la música, primero los nazarenos más pequeños y detrás los que acumulan ya muchos domingos de ramos. Entre tanto, los alrededores llenos de un público fiel a los primeros momentos de La Coronación en la calle que siempre son soberbios. Este año había un hecho que celebrar, los cincuenta años de la composición de la marcha Coronación de Espina. Moisés Davia creó hace medio siglo una de las sintonías cofrade jerezana, una marcha que tal día como ayer sonó con más fuerza que nunca especialmente cuando se tocó al misterio al que está dedicado cuando empezó a salir a la calle y se puso entre el verde de los naranjos y justo a la vera de los azulejos que enmarcan la puerta. El palio de La Paz volvió a llenar por completo la embocadura del pórtico de salida de la capilla. Allí, enmarcado, empezó a dar los primeros pasos con la maniobra costalera de poner estas elegantes andas sobre la acera. La modificación realizada sobre las caídas que se han restaurado da una buena sensación. Y es que las proporciones son imprescindibles en un palio donde todo está medido. Así es el palio de La Paz que estrenó tras su manto la música de una banda novel en Jerez, la de Villalba del Alcor cuya calidad estuvo en línea con la que acostumbra a tener la hermandad. De nuevo sonó Coronación y mucha música más para atemperar los ímpetus del estreno de un domingo que por La Albarizuela siguió con elegancia y brillantez.

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