Las hermandades de las Cinco Llagas y Jesús Nazareno firman las tablas y se emplazan a trabajar, una vez pasada la próxima Semana Santa, a la búsqueda de una solución para el conflicto surgido desde hace años entre ambas corporaciones por la banda de cornetas y tambores que la cofradía de Cristina sitúa cada año antecediendo a la cruz de guía. Con la entrada en la carrera oficial del palio de María Santísima de la Esperanza, y viniendo en un riguroso silencio, las Llagas alegaba sentir cómo se “perturbaba el silencio” con el que hace su estación de penitencia.

En una reunión llevada a cabo a última hora del día de hoy martes entre los hermanos mayores de ambas corporaciones con miembros del consejo local de la Unión de Hermandades, ha trascendido que una vez finiquitada la próxima Semana Santa se comenzará con una ronda de contactos entre todos los hermanos mayores de la Madrugada para alcanzar una solución final.

El contencioso se cerró tras el decreto firmado por el obispo de la Diócesis, José Mazuelos Pérez, en el que se instaba al consejo local a buscar una solución que no tocara la idiosincrasia de ninguna de las dos corporaciones de la denominada ‘Noche de Jesús’.

Por tanto, y a pesar de que las Llagas llevó a dicha reunión un amplio abanico de permutas y orden de paso, queda cerrado este asunto que ha copado la actualidad cofradiera en los días previos a la Cuaresma. Al menos, hasta que se recoja la última de las cofradías, comience el tiempo pascual, y llegue el momento de los balances de la que ya será la recién acabada Semana Santa de 2019.