La Lanzada

La música regresó a la cofradía

  • Los sones cofrades se recuperaron tras el paso, como fue en su fundación. También fue de estreno la túnica nazarena

Después de una mañana de mirar al cielo y de consultar pronósticos, la hermandad decidió salir ante el bajo riesgo de lluvia. Así, La Lanzada pudo romper ayer muchos de los esquemas que la estereotipaban en una estética muy definida que no implicó vulnerar las formas con las que esta hermandad se define desde hace muchos años. Recuperó la música tras el misterio y estrenó la nueva túnica de los nazarenos, signos que se pudieron ver ayer integrados en el recogimiento y silencio propio de la corporación. La Lanzada puso en práctica ayer lo que concluyó: la música no rompe nada en el conjunto de la cofradía y ayuda a que el público se le acerque más. Este estreno estuvo a cargo de la banda Astigitana que hasta el pasado año tocaba tras el palio de Las Lágrimas el mismo día. La composición de Márquez Galindo 'Cristo de la Lanzada' sonó después de muchos años en la calle y tras el Crucificado al que está dedicada. Se oyó en muchos momentos pero en el de la salida del misterio mientras se elevaba la cruz fue muy emotivo. La opción de una banda de música en un misterio se pudo ver por primera vez en la ciudad con el notable éxito que cabía esperar. En cuanto a la estética del siempre ordenado cortejo y el efecto de la nueva túnica, nada que objetar insistiendo en que, además de ganar, no rompe para nada la exclusiva seña de identidad nazarena de la corporación. Mucho público en la plaza del Carmen y en las estrecheces de la calle del mismo nombre, por Plateros y Tornería donde el transcurrir de la hermandad fue con la misma serenidad de siempre pero con el adorno de una música bien tocada de un repertorio de marchas seleccionado que llevó más al recogimiento y al silencio de La Lanzada de siempre pero renovada.

A la hora fijada, quince minutos después de las siete de la tarde, la cruz de guía salió y el primer detalle, sonó en honor a ella y al padre Barbero, que fuera director espiritual de la cofradía, la marcha fúnebre del polaco Fryderyk Chopin. El cortejo, severo y ordenado con sus túnicas nuevas, pasó dando sitio al misterio de la Lanzada que salió con el himno y mientras se elevaba la cruz, la marcha de la hermandad, Cristo de la Lanzada. Y a esta marcha le sucedió Sagrada Lanzada y así, solemne y con gran sabor cofrade marchó buscando a Jerez.

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