Cofradías

Las hermandades podrían estar obligadas al sostenimiento del consejo local

  • La Unión de Hermandades cobró el 80% de los palcos y sillas de la pasada Semana Santa

  • La devolución íntegra a los abonados provocaría un profundo ‘roto’ en la economía de las cofradías

El palio de la Virgen del Refugio de la hermandad de la Paz de Fátima por la carrera oficial.

El palio de la Virgen del Refugio de la hermandad de la Paz de Fátima por la carrera oficial. / Pascual (Jerez)

El pleno extraordinario de hermanos mayores, convocado por el consejo local de la Unión de Hermandades para el próximo día 4 de junio en la Catedral, decidirá el destino del dinero recaudado en concepto de reserva de palcos y sillas en la carrera oficial.

Unos palcos que no han podido disfrutar los abonados al suspenderse las procesiones en los días de la Semana Mayor como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Han tenido que pasar dos meses para poder convocar a la asamblea que representa a todas las hermandades que forman parte del órgano con sede en Curtidores. Concretamente cuarenta y cinco de penitencia y tres de gloria.

Con la entrada de la fase 2, el consejo local ha escogido un espacio con la suficiente amplitud para cumplir con las normas de distanciamiento junto con el uso de las mascarillas. Unas mascarillas que no simularán la preocupación de los hermanos mayores que tendrán que afrontar, casi con total seguridad, el pleno más amargo de cuantos se recuerdan.

El montante final de la partida que contempla el concepto de reserva y alquiler de los palcos y sillas asciende a 420.000 euros. El consejo, según ha podido saber este periódico, ha recaudado el ochenta por ciento de la totalidad. Una recaudación que asciende a unos 336.000 euros. Una cifra que está en el aire si finalmente los abonados reclaman en devolución al ser un servicio que no se ha prestado tras la suspensión de las procesiones.

La devolución total del importe no quiere contemplarse por parte de los hermanos mayores como solución al asunto. La devolución total provocaría una entrada en ‘economía de guerra’ por parte de un alto número de hermandades que no cobrarían ni un céntimo de euro este año. En el caso de los abonados que requieran el reintegro del importe es muy posible que no fuera en su totalidad. El consejo se quedaría con un porcentaje mínimo en concepto de gastos diversos del montaje de los palcos. En Sevilla, la devolución tendrá una retención del siete por ciento por mantenimiento.

La opción más cercana parece estar en el ofrecimiento al abonado de poder adelantar la reserva del año próximo. Sería un depósito de reserva que se tendría en cuenta para el año 2021. Aparte, también se vería beneficiado en el caso de que se estipule una subida de los precios a los que no se les aplicaría el incremento del importe.

Por tanto, quien decida solicitar la devolución recibiría el importe menos la retención por montaje y mantenimiento. Y además perdería la reserva del sitio donde tenga situado el palco al entenderse que no habiendo abonado la cifra del año queda fuera de dicha reserva.

Devolución masiva

En el caso de que un número elevado de abonados optara por la devolución, el presupuesto del consejo de la Unión de Hermandades para este curso saltaría por los aires y se entraría en una fase de falta de liquidez. Sin tener en cuenta los gastos ordinarios que se desprenden de las funciones del consejo, hay un préstamo por la compra de las sillas llevada a cabo el pasado año y que asciende a 250.000 euros. Un crédito avalado por el Obispado al que compromete al consejo al pago de algo más de 35.000 euros al año. Una cifra que tras el ‘cráter’ de una Semana Santa sin procesiones ocasionaría una cuenta de resultados con números rojos.

Todo este escenario ciertamente duro en lo económico podría abocar al consejo local a volver a sus orígenes, cuando las hermandades eran quienes lo mantenían hasta la llegada de las ansiadas sillas que hizo que las tornas cambiaran y se llegara a un reparto de ingresos por este concepto. Situación que se ha mantenido hasta el pasado año.

La situación podría a llegar a pedir a las hermandades una cuota especial para el sostenimiento del ente en Curtidores al no tener los suficientes resortes para autofinanciarse. Una situación que no solo perjudicaría a las hermandades de penitencia sino también a las de gloria que tienen representación en la Unión de Hermandades. Estas podrían estar forzadas al pago de la cuota porcentual para el mantenimiento de la Unión de Hermandades. Una paradoja si se tiene  en cuenta que en estos últimos años, las de gloria cobraban 3.000 euros cada año por el reparto. En el curso de 2020, pasarían de cobrar a pagar. Todo ello tiene su origen al no haberse dado curso en la delegación diocesana de Hermandades y Cofradías del reglamento interno que pretendía separar las hermandades de gloria de las de penitencia. En el caso de haberse aprobado este reglamente, el pago de las glorias quedaría exento si se tiene en cuenta que glorias y penitencia irían por separado. Por tanto, se trata de un roto que en hermandades como la Sacramental de Santiago o la del Rosario de capataces y costaleros podría significar un fuerte traspié en sus respectivas economías al ser corporaciones ciertamente frágiles en lo económico.

Así las cosas, mucho tendrán que meditar los hermanos mayores de cara a este pleno en el que penden de un hilo muchos asuntos de tipo económico que afectarán seriamente  a todas y cada una de las hermandades y cofradías de la ciudad.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios