las tres caídas

Un sueño cumplido de Salud

  • La hermandad de las Tres Caídas procesionó con elegancia a su imagen de crucificado

E RAN las cinco de la tarde cuando la cruz de guía de la hermnadad de las Tres Caídas se plantaba en la puerta lateral del santuario diocesano de San Lucas. Un nutrido número de cofrades no quisieron perderse el momento histórico del que ha sido el gran estreno de esta Semana Santa de 2018. Los hermanos del Señor Caído lograban, después de siglos de espera, sacar a su tercer titular: El Santísimo Cristo de la Salud. Una magnífica obra de imaginería que ya fue titular de la antigua cofradía de Dolores o Belén, reunificada en la hoy conocida como Tres Caídas por la devoción que arrastra el Señor de Chaveli.

El Señor se hizo presente en la plaza de San Lucas un año más. Con un monte de iris morado, el antiguo paso de Ovando fue avanzando por la plaza mientras que la escolanía entonaba el 'Miserere'. Magnífica estampa en San Lucas con el acostumbrado y multitudinario acompañamiento que seguía al Nazareno que cae con la cruz a cuestas.

Crucificado

Y así llegaba el momento más esperado de la presente Semana Santa. Sucedió pocos minutos después de que el Señor de las Tres Caídas tomara el estrecho camino de la calle Cabezas p ara llegar al Mercado. Miguel Ángel Jaén tenía el privilegio de conducir a sus costaleros para que el Santísimo Cristo de la Salud saliera a las calles del barrio. Tanta espera se había culminado con una tarde perfecta, con mucho público y con la emoción contenida. Un paso de caoba tallado por Manuel Pineda Calderón en 1953 sustentaba el Señor Crucificado. La capilla musical acompañaba con sus sones el elegante andar de la cuadrilla que avanzaba en el silencio de la tarde siguiendo los pasos de Nuestro Padre Jesús de la Salud en sus Tres Caídas. El Señor ya estaba en la calle. Destacar del paso los trabajos de orfebrería llevados a cabo por Ildefonso Oñate y José Ramón Orovio que le ofrecía al paso aún más prestancia si cabe. El exorno floral, una maravilla decorada con tulipanes, hortensias y orquídeas moradas. Todo culminado con yedra y espinas.

La cofradía estrenaba dos banderines nuevos llevados a cabo por el taller de costura de la hermandad. Una dedicada a la erección del templo como santuario diocesano y, por otro lado, una nueva bandera recordando a la histórica imagen de la Virgen de Guadalupe.

Como colofón a la cofradía, su paso de palio. Nuestra Señora de los Dolores que, un año más, la acompañaba musicalmente la banda municipal de Gerena. Una delicia para los paladares. Maravillosamente bella. El palio iba exornado con freesias, rosas de pitiminí e hypericum blancos.

El palio seguía la estela del Santísimo Cristo de la Salud así como al portentoso nazareno que abría la cofradía.

Canon y buen gusto cofrade Música escogida para Virgen, religiosidad popular en el Señor Caído y cofradierísmo en el crucificado que aporta y no quita a la ya grandiosa tarde del Miércoles Santo.

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