Diario de Pasión

A trece días del Domingo de Ramos

  • Mientras que la culminación de la Cuaresma se atisba, la actividad cofrade sigue creciendo conforme se acerca la Semana Santa en una jornada, la de ayer, inabarcable.

Complicado lo tuvo ayer quien hubiera querido abarcar todas las citas que concurrieron en el quinto domingo de la Cuaresma, aunque seguro que no pocos sí estuvieron casi en todas partes. No estaría de más que las hermandades que todo lo hacen en Cuaresma le echaran una pensada para trasladar algún acto de culto a otras fechas de calendario anual que vienen muy a propósito de sus advocaciones marianas o cristíferas.

Ayer, más de una veintena de imágenes estuvieron en besapiés y besamanos, además de una serie de actos que crearon un intenso clima cofradiero, especialmente en las cercanías de los templos donde radican las hermandades que protagonizaron esas actividades. Mucha gente, en algunos casos abarrotando las iglesias, deambuló de un lado a otro buscando a las advocaciones de Cristo y María que vistieron de gran gala los espacios sagrados. Mención singular merece el ambiente en la capilla del Asilo. El Desamparo sí tiene poder de atracción, como se pudo ver ayer en su besamanos que tuvo momentos intensos con saetas y todo rodeado de una magnífica atmósfera cofrade.

De norte a sur, de este a oeste, en los cuatro puntos cardinales de la ciudad hubo alguna convocatoria. Era fácil tropezarse con una capilla o iglesia con gente apostada en sus puertas o entrando y saliendo.

Entrega, Cristo de la Sed, Jesús del Consuelo, Cristo del Amor, Ecce- Homo, Jesús de la Sentencia, Descendimiento, Lanzada, Jesús de la Salud, Cristo de la Viga, Jesús de las Misericordias, Valle Coronada, La O, Piedad, Consuelo, Amargura, Desamparo, Confortación, Patrocinio y Buen Fin, son las imágenes que ayer estuvieron expuestas a la veneración de sus devotos.

También la música tuvo sus momentos con dos bandas: Cristo de la Caridad y Estrella, de Dos Hermanas, que llenaron los aires de San Mateo y la Plazuela, respectivamente, de sones semanasanteros ya muy afinados de cara a lo que les queda por delante a los músicos que las componen a partir del Domingo de Ramos.

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