La apacible climatología en la jornada del cuarto domingo de Cuaresma fue el gran acicate para que cientos de jerezanos, cofrades y devotos, salieran definitivamente a las calles de la ciudad para visitar los templos en los que las imágenes sagradas se acercaban al pueblo fiel.

Desde San Telmo hasta Santa Ana. En los Descalzos de la calle Medina hasta Guadalcacín donde el Señor de la Entrega también estaba en su función de veneración.

Se han vuelto a ver grandes exornos florales e imágenes excelentemente vestidas para la ocasión. El listón está muy alto este año en lo que a las priostías se refiere. Los equipos de mayordomía están haciendo un gran trabajo prácticamente en todos los templos jerezanos. A falta de salidas procesionales, toda la carne en el asador de los altares de cultos y las funciones solemnes de veneración.

Por tanto un domingo muy de Cuaresma, a pesar de las angustias que está trayendo la pandemia. Una jornada que incluso nos hizo olvidar el contexto sanitario en el que vivimos. Remedios con majestad, Dolores siempre bella, Amargura con ese porte que tiene de clase, el Descendimiento siempre sobrio y magistral como la gubia de don Luis Ortega Bru.  Salud en San Rafael maravilloso en el centro de su barrio, Buena Muerte en Santiago que siempre es un puntal de belleza. La O en Capuchinos que lución muy bien vestida. Y Lágrimas en San Juan de los Caballeros con esa belleza secreta.

Una maravilla de jornada en la que todos destacaron. Ya solo queda un domingo más. Y la Cuaresma finalizará y pasará todo con el ojo puesto en la esperanza de un 2022 con total normalidad. Ojalá sea así y pasemos este mal sueño.