Proyectos solidarios

Voluntariado en los hospitales, un valor en alza en el Virgen del Rocío

María jesús Pérez-Solano, de la Fundación New Health, junto a la jefa de Trabajo Social del Virgen del Rocío, Agustina Hervás.

María jesús Pérez-Solano, de la Fundación New Health, junto a la jefa de Trabajo Social del Virgen del Rocío, Agustina Hervás. / M. G.

Con "muchas ganas", "ilusión" y también con "algunos nervios", la Fundación New Health se incorpora a los programas de voluntariado del Hospital Virgen del Rocío con un proyecto de acompañamiento domiciliario a menores en cuidados paliativos, que se suma a las otras 33 asociaciones con programas en curso en el centro y que, tras los dos años del parón por el Covid, han retomado la normalidad en todas sus actividades.

El voluntario de un hospital ofrece su tiempo, su compromiso y su humanidad al otro. Otro al que no conoce, pero del que sabe sus largas horas en la enfermedad cuando el único estimulo que se tiene del mundo exterior es la ventana de una habitación o la pantalla de una pequeña televisión. Establecer una conversación con el paciente, plantear un juego con el niño siempre niño antes que enfermo, o dar apoyo al familiar cuidador, quien también necesita que lo cuiden en su estrés contenido de días o semanas, son afecto trasparente de personas que viven en sociedad y, en consecuencia, muestras de que el ser humano puede ser bueno por naturaleza.

El voluntariado en hospitales está organizado por programas de asociaciones de pacientes, fundaciones, equipos de estudiantes de las universidades, y otras entidades sin ánimo de lucro. Y en el caso de centros sanitarios, como el Hospital Virgen del Rocío se coordina desde el área de Trabajo Social Comunitario adscrito a la Subdirección General de Participación Sanitaria.

Según explica Agustina Hervás, jefa de la unidad de Trabajo Social en el centro y coordinadora de estos programas, "un área de trabajo de toda la vida, intrínseca a la profesión, y que se ha desarrollado en el hospital desde que hay trabajadores sociales en él, pero que desde el año 2000 vertebra todo el trabajo de voluntarios a través de acuerdos con las distintas entidades".

La especialista enumera en la actualidad en el complejo hospitalario hasta 33 asociaciones que mantienen activos sus servicios altruistas. "Los acuerdos son muy heterogéneos. Éstas son con las que realizamos programas y actividades conjuntas siempre en apoyo a la salud de la población", concreta. En total, cada año, unos 300 voluntarios dan forma a esos programas que están dirigidos al acompañamiento de "todos los que están en el hospital" u otros servicios cuyo objetivo son "el respiro familiar", describe Agustina. La formación de éstos depende de cada asociación, aunque el centro siempre colabora con campañas de sensibilización.

Varios voluntarios con un menor hospitalizado. Varios voluntarios con un menor hospitalizado.

Varios voluntarios con un menor hospitalizado. / M. G.

Se ofertan a todos, mayores y menores. Mientras con los primeros los programas, por sus circunstancias, se desarrollan más dentro del hospital y a pie de cama, con los segundos, todo lo contrario. "Intentamos que el menor pase el menor tiempo posible en la habitación y que con ellos se trabaje en espacios concretos dedicados a ellos como las aulas hospitalarias", matiza la especialista. Pero hay más. Y ahí es donde destaca la recién incorporada al proyecto Fundación New Health, que da un paso más allá con un programa de acompañamiento domiciliario a menores en cuidados paliativos. "En su propio entorno, donde está garantizada una mayor calidad de vida", apostilla Agustina.

María Jesús Pérez-Solano es miembro de la Fundación y explica que su la maquinaria se pone en marcha cuando el trabajador social del equipo de cuidados paliativos pediátricos del centro detecta necesidades en algún menor o su familia y se pone en contacto con ellos. "A partir de ahí nos ponemos a trabajar", especifica. "Nos ponemos al servicio del enfermo y su familia, acoplándonos a los horarios que nos indiquen para que superen esta etapa de enfermedad en la mejor situación posible", añade.

La Fundación New Health desempeña su labor de voluntariado desde hace cinco años a través del proyecto Sevilla contigo, ciudad compasiva, pero fue hace poco menos de uno cuando se unió a "la gran familia" del Virgen del Rocío. "Desde el equipo de Cuidados Paliativos Pediátricos se ponen en contacto con nosotros porque detectan que los niños que ellos atienden tienen muchas necesidades porque tienen una vida muy limitada, con una carga de cuidados para sus familias muy grande", explica la voluntaria.

Según la jefa de la unidad de Trabajo Social, cubren necesidades tanto de tipo administrativo a sus familiares, "que no pueden atender porque están plenamente dedicados a los cuidados"; como de acompañamiento y entretenimiento de los menores, "dando un respiro a sus padres"; y de apoyo y "desahogo".

Pero los beneficios del afecto y el tiempo al otro son bidireccionales, pues a menudo el voluntario sale de su actividad con una satisfacción infinita. Una carcajada, el relato de una vivencia, o una mirada de agradecimiento forman parte del universo de lo pequeño, de aquellas acciones desapercibidas en el frenesí diario, pero que, sin embargo, son auténticos gigantes de vida dentro de un hospital.

"El sentir general de la persona que ayuda a otro es que realmente no siente que está ayudando sino que se está ayudando a si mismo. Siempre recibes siempre mucho más de lo que das. El compartir la vida te hace aprender de la vida y compartirla con personas enfermas te hace valorar más lo que tienes. Y eso te engrandece el corazón. Es de las cosas más bonitas que pueden existir", destaca María Jesús Pérez-Solano.

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