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Un misterio con más de 90 años en el Ayuntamiento de Sevilla

La escalera principal del Ayuntamiento de Sevilla. La escalera principal del Ayuntamiento de Sevilla.

La escalera principal del Ayuntamiento de Sevilla. / Antonio Pizarro

Una gran exposición, una fastuosa decoración llevada a cabo por uno de los mejores artistas de su tiempo, un cambio de régimen, una ocultación y un olvido que permanece hasta el día de hoy. Las bóvedas de la escalera principal de la Casa Consistorial de Sevilla estuvieron profusamente decoradas hace casi cien años. Manuel Cañas Martínez fue el encargado de realizar esta decoración en el año 1929 dentro de la reformas y mejoras que se llevaron para acoger las recepciones y festejos de los diferentes congresos llevados a cobo con motivo de la Exposición Iberoamericana. Las pinturas apenas estuvieron un par de años a la vista, puesto que se ocultaron con la llegada de la Segunda República. Este hecho sale a la luz gracias a la investigación realizada por Alberto Cañas para recopilar y dar notoriedad al valioso y gran legado de su abuelo.

"Mi madre siempre nos decía que mi abuelo paterno había pintado las bóvedas de la escalera del Ayuntamiento, pero nadie sabía nada, estaba todo encalado. Pensé que una intervención así tenía que estar recogida en las actas. Así que me leí todas entre 1915 y 1929", explica Alberto Cañas, nieto del artista. 

Las bóvedas de la escalera el Ayuntamiento. Las bóvedas de la escalera el Ayuntamiento.

Las bóvedas de la escalera el Ayuntamiento. / Antonio Pizarro

El artista Manuel Cañas. El artista Manuel Cañas.

El artista Manuel Cañas. / M. G.

La perseverancia dio sus frutos, y en uno de los libros encontró la aceptación del presupuesto de Manuel Cañas para decorar las bóvedas por el arquitecto municipal. Esta labor investigadora y el afán por sacar a la luz la gran obra de su abuelo, muy visible en la ciudad, pero a la vez muy desconocida para los sevillanos, le llevó a hallar igualmente los asientos contables, los informes del arquitecto, la factura del artista y una carta del mismo reclamando al alcalde el pago de las 14.971, 59 pesetas que costaron los trabajos realizados.

En el informe que el arquitecto municipal envió al alcalde, documento encontrado por Alberto Cañas, se justifica el trabajo de decoración de las bóvedas de la escalera. "Con motivo del indispensable adecentamiento y ornamentación del techo de la escalera principal de esta Casa Consistorial para celebrar en ella las recepciones y festejos originados por la celebración de congresos durante la Exposición Iberoamericana fue preciso con la mayor urgencia, dado el escaso tiempo hábil, colocar la andamiada y pintar dicho techo artísticamente". 

Actas de la Comisión otorgando los trabajos de pintura a Manuel Cañas. Actas de la Comisión otorgando los trabajos de pintura a Manuel Cañas.

Actas de la Comisión otorgando los trabajos de pintura a Manuel Cañas. / M. G.

El arquitecto, en este documento fechado el 12 de julio de 1929,  también describe a la perfección cómo eran las pinturas realizadas por Manuel Cañas para este espacio que debía sorprender a los visitantes: "En su centro, el escudo de España rodeado en faja circular por los diez escudos de los pueblos cabeza de partido de la provincia. En los cuatro ángulos entre dicha faja circular y otra rectangular decorada en estilo renacimiento en colores, dos escudos antiguos y dos modernos de este ciudad. Finalmente, en la comisa que sostiene el techo, decoración con inscripción dorada del lema de Sevilla. Todo pintado con colores en dorado y plateado la parte heráldica que lo requiere".

Lamentablemente, esta fastuosa decoración estuvo muy poco tiempo visible. La llegada de la Segunda República, el 14 de abril de 1931, supuso que se taparan, aunque Alberto Cañas no ha podido encontrar documento alguno que explique cómo se pudo realizar esta operación de ocultación del trabajo de su abuelo. Los normal, que es como se actúa en estos casos, es que se taparan con cal antes de pintar de nuevo encima. Esta práctica, como se ha demostrado en otros monumentos e iglesias de la ciudad, conserva las pinturas que hay debajo, por lo que sería muy probable que la obra de Manuel Cañas permanezca bajo el actual enlucido esperando para ser rescatada del olvido. Unas simples catas arrojarían luz sobre su existencia.

La factura emitida por Manuel Cañas. La factura emitida por Manuel Cañas.

La factura emitida por Manuel Cañas. / M. G.

Una importante inversión en el Ayuntamiento

La Casa Consistorial de Sevilla fue objeto de una importante restauración durante el año 1929 para lucir en todo su esplendor para la Exposición Iberoamericana. Siendo alcalde Nicolás Díaz Molero se dispuso una consignación de gastos de 500.000 pesetas para distintas tareas sólo en el año 1929. 

Detalle de la contabilidad del Ayuntamiento. Detalle de la contabilidad del Ayuntamiento.

Detalle de la contabilidad del Ayuntamiento. / M. G.

El balance económico que Alberto Cañas ha encontrado en los archivos recoge los distintos gastos y partidas a 30 de diciembre de 1929. Se destinaron 250.000 pesetas a la casa Crowner S.A para el mobiliario; 21.780 euros para la reforma del reloj y 2.295 al relojero Torner por el arreglo de la maquinaria. Las obras en la fachada ejecutadas por M. Oñoro supusieron un desembolso de 2.279 pesetas. Los tapices y alfombras de la Real Fábrica costaron 20.682 pesetas. Por las barras para las escalaras de Rodríguez se pagaron 5.020 pesetas. M. Espuñe cobró por la mesa y los muebles del comedor 18.590 pesetas. La cristalería, de Collignon Pichotte fueron 6.301 pesetas. La pintura del techo de Alberto Cañas, como ya se ha reseñado, costó 14.971 pesetas. Y, por último, la cocina de Cubain, suponía un desembolso para las arcas municipales de 9.212 pesetas.

Las bóvedas de la escalera que se pintaron para la Exposición del 1929. Las bóvedas de la escalera que se pintaron para la Exposición del 1929.

Las bóvedas de la escalera que se pintaron para la Exposición del 1929. / Antonio Pizarro

Además, se recogen otros gastos pendientes de aprobar, como 13.083 pesetas en una vajilla de Baquera; o 5.712 pesetas para la mantelería de Industria Linera.

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